Crítica y Resistencias. Revista de conflictos sociales latinoamericanos

N° 8. Año 2019. ISSN: 2525-0841. Págs.114-123

http://criticayresistencias.com.ar

Edita: Fundación El Llano – Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina (CEPSAL)

Lo que el río nos dejó…sensaciones presentes por vivencias pasadas/ ¿futuras?InundacionesenSierras Chicas[1]

What the river left us with... feelings from the present due to life experiences from the past/future? Floods in Sierras Chicas

Cecilia Agüero Gioda[2], Milagros Siri[3], Elisa Castrillon[4], GiorginaGarbarino[5], Camila Perez[6]

Resumen

El 15 de febrero de 2015 la localidad de Mendiolaza, Sierras Chicas, Provincia de Córdoba, se vio afectada por inundaciones, debido a la descomunal creciente del arroyo Saldán. Si bien no es la primera inundación que sufre esa comunidad, en esa oportunidad fue sustancialmente importante debido a los significativos daños sufridos, algunas personas perdieron totalmente sus viviendas y otros, todas sus pertenencias. Pero la mayoría perdió la tranquilidad. Este artículo tiene como principal objetivo la presentación de datos preliminares de una investigación que se llevó a cabo luego del acontecimiento catastrófico de 2015. Elequipo seplanteó como propósito investigarefectos psicológicos que dicha situación ha provocado en la población de Mendiolaza.La motivación surge a partir de la intervención comunitaria realizada durante los años 2015 y 2016 con la Universidad Católica de Córdoba, en barrios afectados por la inundación. En el marco de la investigación se seleccionó una muestra aleatoria por conglomerados de la población, tratando de lograr una heterogeneidad en relación a las variables psicosociales sexo y edad. Se realizaron encuestas apersonas mayores de 18 años de la localidad de Mendiolaza,afectadas por lasinundaciones en febrero de 2015. Se aplicó el Cuestionario Epidemiológico de Sintomatología Mental (CESIM) y un bloque de ítems elaborado para este fin tomando en cuenta las variables que componen el sentimiento de vulnerabilidad, la exposición al riesgo, la prevención.

Palabras claves: Catástrofe, Riesgo, Vulnerabilidad, Salud.

Abstract

On February 15, 2015, the town of Mendiolaza was affected by floods due to the huge rise of the Saldán stream. Although it is not the first flood that the community suffers, on that occasion it was substantially important due to the significant damages suffered, in some cases some people lost their homescompletely, others all their belongings, but what most of them lost is tranquility. In light of the aforementioned, this article has as its main objective the presentation of preliminary data of an investigation after the catastrophic event of 2015. As a team we set out the purpose of investigating the psychological effects that thesituation has caused in the population of Mendiolaza. The study is motivated due to our intervention as a team, during the two years following the flood, in one of the most affected and most disadvantaged neighborhoods. Surveys were conducted to individuals over 18 years of age in the town of Mendiolaza, affected by the floods in February 2015. A random sample was selected by conglomerates of the population so as to achieve a heterogeneity in relation to the psychosocial variables sex and age. The Epidemiological Questionnaire on Mental Symptomatology (CESIM) was applied to them and a block of items was prepared taking into account the variables that make up the feeling of vulnerability, exposure to risk, and prevention.

Keywords:Catastrophe, Risk, Vulnerability, Health.

Introducción

Justamente por esos peligros con que la naturaleza nos amenaza nos hemos aliado y creado la cultura, que, entre otras cosas, también debe posibilitarnos la convivencia. Y por cierto la principal tarea de la cultura, su genuina razón de existir, es protegernos de la naturaleza.”

Sigmund Freud

El 15 de febrero de 2015 la localidad de Mendiolaza situada en las Sierras Chicas de la provincia de Córdoba, se vio afectada por una inundación de gran magnitud causada porla descomunal creciente del arroyo Saldán. Si bien no es la primeraque sufre la comunidad, en esa oportunidad fue sustancialmente importante debido a los significativos daños sufridos,algunas personas perdieron sus viviendas, otras, todas sus pertenencias y la mayoría perdió la tranquilidad.

El estudio que presentaremos en este artículo se titula: “Estudio epidemiológico en comunidades afectadas por las inundaciones de Sierras Chicas. Impacto de la catástrofe en la sintomatología mental de los afectados. Año 2016/2018” y tiene como principal objetivo obtener un perfil epidemiológico de la población afectada por las inundaciones de Sierras Chicas en febrero de 2015 a partir de indagar la sintomatología mental y de caracterizar el sentimiento de vulnerabilidad ante el riesgo de vivir expuestos al mismo riesgo sufrido.Es a partir de lo relatado, que este equipo de investigación se plantea como propósito la presentación de algunos datos preliminares de dichainvestigación.

Los pasos previos:

El interés inicial por abordar e investigar los efectos psicológicos que la inundación produjo en la población de Mendiolaza tiene como germenprimero la intervención realizada en los años 2015-2016 en dos de los barrios más afectados por la inundación en la localidad de Mendiolaza. Dicho trabajo surge a partir de la participación que tuvieron algunas Facultades de la Universidad Católica de Córdoba (UCC)en el plan de asistencia que se organizó desde el área de Responsabilidad Social Universitaria (RSU), del que participaron estudiantes, egresados/as yprofesores/as de diversas facultades.Específicamente desde la Facultad de Filosofía y Humanidades, y en particular de la carrera de Psicología, se trabajó en la promoción de la salud orientada por una perspectiva de derechos en la comunidad arrasada por el río y con profunda sensación de desamparo. Las modalidades de intervención que se utilizaron fueron: visitas domiciliarias, entrevistascallejeras, reuniones con vecinas y vecinos en torno a las problemáticas que fueron surgiendo y,talleres con niños y niñas (Pan, 2015).

La intervención se centró en dos barrios afectados por la inundación: Valle del Sol y El Perchel, este último no sólo fue afectado profundamente por la inundación - alcanzando a casi la totalidad de las casas- sino que también se encontraban encondiciones socio económicasdesfavorables.Fue a partir de la permanencia en el terreno, una vez pasado el momento crítico de la inundación, que se pudo establecer unvínculo de confianzacon la población, lo que nosposibilitó escuchar manifestaciones que hacían referencia a temores y preocupaciones relacionadas con el hecho de vivir cerca del arroyo yen zonasinundables.

En una conversación callejera alguien comenta: “Cada vez que llueve él duerme con las zapatillas puestas y los pies en el piso.” (…) “Son los chicos los que más necesitan ayuda porque siempre se acuerdan de lo terrible del momento y que cada vez que llueve corren todos hasta la esquina y que tengo que ir a buscarlos y decirles que no pasa nada” (Registro Nº5, 15/04/2015).

En segunda instancia es pertinente plantear que los conceptos y problemáticas trabajadas tienen como antecedente estudios realizados por parte del equipo.Los mismos serán detallados a continuación:

En el año 1997se realizó el estudio “Sentimiento de Vulnerabilidad en Niños de Escuelas Primarias. Estudio comparativo entre una ciudad que ha vivido un desastre (Río Tercero) y otra que no lo ha vivido (Almafuerte)” (Scorza& Agüero Gioda, 1997); en esa oportunidad se definió al sentimiento de vulnerabilidad como la “percepción consciente de un sujeto o sistema expuesto a una amenaza, acerca de su predisposición intrínseca de ser afectado o de ser susceptible de sufrir una pérdida” (p. 20). En investigaciones posteriores a 1997 en la ciudad de Río Tercero(Scorza, Agüero Gioda&Tornimbeni 2001) (Scorza&AgüeroGioda 2011),se indagó sobre dicho afectoy se pudodemostrar que es una consecuencia provocada por la vivencia de la catástrofe (en el caso de Río Tercero fue la explosión a causa de un atentado de la Fábrica Militar)y estádeterminado tanto por el riesgo real y objetivo de la ciudad desconocido o negado hastaelmomento en que las explosionesbrindaron de maneradisruptivainformación acerca del riesgo (Scorza& Agüero Gioda, 2015).

En el año 2001 se realizóel estudio “Impacto de un Desastre en la Sintomatología Mental de los sujetos afectados. Estudio epidemiológico en la ciudad de Río Tercero”(Scorza, Agüero Gioda&Tornimbeni, 2001) yen el 2011 “Impacto de un Desastre en la Sintomatología Mental de los sujetos afectados. Segundo estudio epidemiológico en la ciudad de Río Tercero” (Scorza& Agüero Gioda, 2011), ambos tuvieron como principal objetivo conocer la asociación entre sintomatología mental y el sentimiento de vulnerabilidad en adultos. El objetivo principal por el que la investigación se realizó en dos oportunidades estuvo fundamentado enel propósito de obtener datos a largo plazo de una población afectada y conocer los cambios y permanencias en relación a las variables estudiadas.

En el caso particular de los habitantes de la ciudad de Río Tercero seobservó quetanto, la vivencia de un desastre como así también la exposición al riesgo tecnológico serían factores que aumentarían el malestar psicológico, expresado a través de una mayor sintomatología mental. En lo que hace referencia particularmente al sentimiento de vulnerabilidad no se encontraron diferencias estadísticamente significativas para la media de sentimiento de vulnerabilidad (2001 y 2011) en ambas investigaciones, por lo que se podríamos afirmar que el sentimiento de vulnerabilidad frente al riesgo tecnológico sería una consecuencia a largo plazo de la vivencia del desastre y de la exposición al riesgo.

A partir de los resultados de las investigaciones antes mencionadas y de lasmanifestaciones de las personas afectadas por la inundación de Sierras Chicas en febrero de 2015, es que se considera importante indagar aspectos relacionados a la salud mental, el malestar psicológico de la población afectada por inundaciones y los efectos que produce en los habitantes el hecho de vivir expuestos al mismo riesgo por el que fueron afectados anteriormente. Asimismo con esta investigación se intenta contribuir al estudio y la comprensión de la problemática sobre las consecuencias y los procesos subjetivos posteriores a un evento traumático masivo, ya que al decir de diversos autores, la problemática emocional de las víctimas de un desastre es básicamente la misma a pesar que las características del evento sean diferentes (OPS,2003).

Metodología

Se realizó un estudio epidemiológico de tipo descriptivo en el que se administró elCuestionario Epidemiológico de Sintomatología Mental (CESIM) y un bloque de ítems elaborado a los fines específicos de la investigación y en el que se tomaron en cuenta las variables que componen el sentimiento de vulnerabilidad (miedos y preocupaciones, re-experimentación del evento, a través de recuerdos y sueños recurrentes, cambios experimentados luego del acontecimiento traumático, la exposición al riesgo yla prevención).

La población seleccionada fue: personas mayores de 18 años de la localidad de Mendiolaza,que vivían en la zona de Sierras Chicas en febrero de 2015. Se seleccionó una muestra aleatoria por conglomerados de la población, tratando de lograr una heterogeneidad en relación a las variables psicosociales sexo y edad.

Para el diseño de la muestra se tomó el mismo criterio del censo 2010 respecto a que Mendiolaza estádividida en 10 unidades censales, por lo que se tomaron como unidades de muestra y se realizó una selección aleatoria de dos manzanas por unidad; esta modalidad permite la heterogeneidad de la muestra.Una vez seleccionadas las manzanas, se realizó la elección de los sujetospor cuota según las variables de sexo y edad de la población general (de acuerdo a los datos del último Censo poblacional 2010 de las localidades en estudio).El análisis de los datos es fundamentalmente de carácter cuantitativo. El procesamiento se efectuó con el paquete estadístico SPSS v17.

Lo que nos dicen los especialistas:

La Organización Panamericana de la Salud (2003) entiende que en una situación catastrófica o de desastre, se ve amenazada la vida de las personas o su integridad física y/o se producen muertes, lesiones, destrucción y pérdidas materiales, así como sufrimiento humano; dentro de tales situaciones incluye eventos producidos por causas naturales (terremoto, erupción volcánica, huracán, grandes sequías, etc.), accidentes tecnológicos (explosión en industrias, derrames químicos, entre otros) o provocados directamente por el hombre (conflicto armado, ataque terrorista, etc.).

Fontana (2009) por su parte cuestiona dicha clasificación que toma como ejelas causas y plantea que actualmente estas diferencias son casi imposibles de establecer ya que la mano del hombre ha modificado ampliamente la naturaleza cambiando el curso de los ríos, desmontando, aniquilando montañas. Dichas intervenciones inciden sustancialmente en el ambienteproduciendo catástrofes naturales o profundizando sus daños, razón por la cual la mayoría de las veces se habla de desastres socio-ambientales.

En tanto,el concepto de catástrofe esdefinido como: “un acontecimiento que, en un contexto preexistente de vulnerabilidad, puede actuar como desencadenante de un desastre, esto es, de un proceso de fuerte crisis y desestructuración socioeconómica con graves consecuencias” (Armiño, 2006, p.1). La gravedad de sus efectos y el tipo de impacto dependen, de la intensidad de la catástrofe y del grado de vulnerabilidad de la población afectada.

La OPS (2006) refiere que son bien conocidas las consecuencias a nivel de la salud física.

“En cambio, no siempre se han reconocido de igual manera los efectos sobre la salud mental, a pesar de haberse demostrado que, en situaciones de desastres y emergencias complejas, se produce un incremento de los signos de sufrimiento psicológico, como la aflicción y el miedo; se puede aumentar en cierta medida la morbilidad psiquiátrica y otros problemas sociales” (p.6).

En este marco, se entiende que la sintomatología mental no hace referencia a patología psíquica sino al malestar psicológico. El mismo está descripto como producto de las condiciones de vida, situaciones críticas, espacios de cotidianeidad entre otros aspectos, y "se sitúa a mitad de camino entre la salud y la enfermedad; la sensación de malestar psicológico no permite el sentirse saludable pero tampoco enfermo” (Berra, Carri, Burijovich, Barrault, Plaza&Alderete, 2006, p.4).

Freud, en el Malestar en la cultura(1930)sostiene que el sufrimiento amenaza a los hombres desde tres lugares diferentes: el propio cuerpo, sujeto a la decadencia y finitud, desde el mundo exterior, desde las fuerzas de la naturaleza que pueden ser destructoras e implacables, y desde los vínculos con otros seres humanos. En esta misma línea de análisis podemos afirmar que “la idea de sufrimientopermite incorporar la dimensión subjetiva del padecimiento, perspectiva sin duda ausente en la nosografía psiquiátrica” (Ausburger, 2002, p.66).

En lo que hace específicamente al sentimiento de vulnerabilidad es definido como “percepción consciente de un sujeto o sistema expuesto a una amenaza, acerca de su predisposición intrínseca a ser afectado o de ser susceptible de sufrir una pérdida” (Scorza& Agüero Gioda, 1997, p.20).Desde esta perspectiva es que se piensa a la sintomatología mental y su asociación con el sentimiento de vulnerabilidad como efecto de una catástrofe socio-ambiental. En el marco del presente trabajo se hace especial hincapié en la sensación de miedo expresada por los habitantes de la zona, por el hecho de vivir expuestos al riesgo de volver a experimentar lo vivido.

Lo que la gente nos dijo:

En la investigación que estamos presentando se realizó un relevamiento epidemiológico compuesto por142 casos, de los cuales el 97.2% (N=138) residían en la ciudad en el momento de la inundación y el resto en la zona de Sierras Chicas, en febrero de 2015. La población encuestada estuvo compuesta por56% de mujeres y 44% hombres; distribuidos con respecto a la variable edad en: en un23% en el rango de 18 a 34 años al momento de responder, el 45% entre 35 y 49 años, el 20% entre 50 y 64 años y un 12% mayor de 65 años. En lo que respecta al nivel educativo, el 16%no completó la escolaridad secundaria y el 35% la completó; casi el 50% de los encuestados completó el nivel terciario o universitario (22.5 y 26.1% respectivamente).

En cuanto a la sintomatología mental registrada, en el presente estudio en las respuestas a la escala CESIM, se construyeron 4 grupos: baja (>-1 desviación estándar), media (entre -1 y 1), alta (entre 1 y 2) y muy alta (>2 desviaciones estándar). Congruente con resultados de estudios anteriores, el porcentaje más alto corresponde al nivel medio de sintomatología (65,5% de los casos), confirmando que lo normal en términos estadísticos es la presencia de síntomas. A los fines del estudio interesan particularmente se agrupan en los niveles alto y muy alto de sintomatología mental, que arrojaron el 14.1 y 2,8% respectivamente. Cabe destacar que es esta es una presentación preliminar de resultados, por lo que el equipo de investigación continúa analizando los datos y está enfocado actualmente en elanálisis de las características de grupos de interés, para darcuenta de un perfil epidemiológico más detallado de la población.

Con respecto a las políticas de anticipación ante el riesgo de inundaciones (gestión de riesgo), en el estudio que estamos presentando, se pudo conocer que más del 95% de los encuestados considera necesario que la población de Mendiolaza reciba algún tipo de instrucción para prevenir los riesgos ante posibles inundaciones, aun cuando las sugerencias son diversas e incluyen capacitación y prevención tanto como obras públicas, entre otras. En esta misma línea de análisis, se observa que el 89,3% considera que se podrían haber tomado medidas para que el daño sea menor. Al respecto señala una vecina: “No se… me parece que saber de los riesgos asusta. Pero la verdad es que hay que estar preparados”(Registro nº8, 11/05/2016).

Por otra parte, en el mismo estudio, se conoció que sólo el 20% de los encuestados ha participado en programas o actividades que aborden el qué hacer en caso de producirse inundaciones, la mayoría lo hizoentre los años 2015 y 2016 dictados por la Municipalidad, Bomberos, Escuelas y Centros vecinales. Asimismo, más de la mitad (54,6%) de los encuestados manifiesta “tener miedo siempre cuando llueve mucho” yun 37,6%lo siente“a veces”. Lo que nos permite concluir que más del 92,2 %de la población refiere sentir temores cuando llueve, lo que está francamente relacionado con el hecho traumático que provocó la vivencia de la inundación.

En lo que hace específicamente a los “daños sufridos”, encontramos que el31% de los encuestados manifiesta haber sufrido daños a raíz de las inundaciones. En estos casos se consultó, además, acerca de qué tipo de daño habían sufrido (la pregunta fue de respuesta múltiple, esto es, que los encuestados podían seleccionar más de una categoría). En consecuencia, quienes sí refieren haber sufrido daños el67% refieren a daños materiales y el 33% aproximadamente a daños psicológicos. No obstante tan sólo un 3,4% de los sujetos encuestadosafirma haberse mudado a causa de las inundaciones.

En el estudio realizado en Río Tercero en el año 2011 se observó que el 49,7% de los encuestadospresentaron un nivel medio del sentimiento de vulnerabilidad. Si se lo considera conjuntamente con el nivel alto, se ve que el 73,5% se siente vulnerable ante el riesgo tecnológico. En dicha investigación la variable sentimiento de vulnerabilidad estuvocompuesta por los siguientes indicadores: cambios producidos a partir de las explosiones que persisten en la actualidad, sueños relacionados con las explosiones que persisten en la actualidad, recuerdos involuntarios relacionados con las explosiones que persisten en la actualidad y miedos y/o preocupaciones en relación al riesgo(Scorza&AgüeroGioda 2011).

Las mismas dimensionesfueron utilizadas en el estudio que aquí se está presentando, dondese pudo conocer que más del 84% de los encuestados presenta un nivel medio del sentimiento de vulnerabilidad, seguido por un 8,5% donde el nivel es alto. Es bien sabido que los grupos más vulnerables son los que tienen mayores dificultades para reconstruir sus medios de subsistencia después del desastre. Y quizás por eso es que lo primero que se escuchó de la población fue: “Necesitamos psicólogos… Hagan algo con los chicos que han vivido algo muy traumático”. (Registro nº2, fecha 11/03/2015)

Otros dichos de vecinas del barrioEl Perchel a lo largo del tiempo fueron: “Nos inundamos por pobres”.“Nadie se hace cargo, esto es un abandono de personas”(Registro nº6, 23/03/2016).Es pertinente mencionar que en general han sido las mujeres del barrio quienes exponían sus dificultades y preocupaciones con respecto a los niños y niñas de su comunidad, no incluyéndose ellas como necesitadas de asistencia.

La sensación de desprotección y la falta de respuesta por parte de las autoridades gubernamentales, quienes, de alguna manera debían garantizar seguridad frente a un acontecimiento de tal magnitud, puede ser pensada como violencia en función del despojo que produce en los aparatos psíquicos de las personas que atraviesan un desastre natural.

Desde la perspectiva sociológica que trabaja la problemática del riesgo tomamos a Beck (2008) quien plantea que “La amenaza y la inseguridad son condición de la existencia humana desde siempre, en cierto sentido incluso más antes que ahora” (p.20).

El autor define al riesgo como:

“…el patrón perceptivo e intelectual que moviliza a una sociedad enfrentada a la construcción de un futuro abierto, lleno de inseguridades y obstáculos, una sociedad que ya no está determinada por la religión, la tradición o la sumisión a la naturaleza y que tampoco cree en los efectos redentores de las utopías” (p.27).

Se considera que el gran desarrollo del mercado inmobiliario suscitado en los últimos años ha tenido un fuerte impacto en la zona de Sierras Chicas, con la consecuente explosión demográfica, dicha situación llevó a una importante modificación del paisaje y de la dinámica social de la zona. Un gran número de nuevos pobladores arribaron buscando tranquilidad y seguridad, dos condiciones que no encontraban en la gran ciudad. El acontecimiento de las inundaciones justamente los expuso a la vivencia de la inseguridad e intranquilidad. Otro sector de la población, oriundos de la zona han asistido al crecimiento de su localidad como espectadores, siendo de alguna manera víctimas del mismo, ya que el precio el del progreso fue, eldesmonte y la modificación del curso del río(Fontana, 2015).

Al respecto una vecina y antigua pobladora de la zona, nos relató sobre los cambios que habíanhecho en el curso del río, que a su consideración perjudican aún más la situación del barrio:

“Desde la municipalidad llamaron a los vecinos para verificar algunas cuestiones supuestamente,sólo yo fui, pero no me escucharon.Les expliqué cuál era el curso viejo del río, pero me decían que así no era (frente a alguien que debía dar una autorización, una diputada). Finalmente siguieron del mismo modo y se llevaron las maderas de los árboles que siguieron talando.” (Registro nº 6, 23/03/2016).

Bauman (2005) y Beck (2008) destacan, que los miedos han acompañado a los hombres a lo largo de toda la historia, pero en el último tiempo los miedos se hacen intercambiables por mercancías; las fuerzas del mercado se ubican por encima del Estado dejándolo impotente en la protección de sus ciudadanos, desencadenando así la desconfianza y la falta de solidaridad entre los hombres. De esa manera aquello que era cotidiano, amigable y familiar se convierte en terrorífico, al decir de Freud (1989), ominoso.

Discusiones finales

Para finalizar,se concluye que la población estudiada está expuesta a riesgo sin instrucción ni prevención para afrontarlo en futuras oportunidades. Dicha situación los expone a un estado de alerta permanente ante los indicios de que algo de lo sucedido vuelva a acontecer, ese estado de alerta produce condiciones de malestar psicológico que, como se expresó anteriormente, no es enfermedad mental pero tampoco un estado de bienestar y tranquilidad.

Debido a esta situación resulta importante mencionar que, en la etapa de recolección de datos, el equipo de investigación fue convocado por representantes de Centros Vecinales que conocieron acerca del estudio, quienes solicitaron explícitamente la necesidad de contar con los resultados de la investigación para lograr que sea visible la situación de vulnerabilidad a la que están expuestos.

Según se pudo conocer en la investigación la mayoría de los afectados siguen viviendo en el mismo lugar y, tal como fue informado anteriormente, sólo el 3,4 % se ha mudado, esto permite afirmar que no hubieron políticas de relocalización para los afectados, lo que deja en evidencia que la mayor parte de la población afectada sigue estando en situación de riesgo. A partir de las manifestaciones de los vecinos y las vecinas, se entiende que la vivenciade un desastre no sólo hace referencia a la inundación y al riesgo de vida sufrido en ese momento sino también a la sensación de desprotección y vulnerabilidad de los sectores menos favorecidos (repite desprotección/desprotegidos) de la población, que generalmente son los más afectados.

A partir de esta investigación se afirma lo que se conoce por estudios anteriores: que el sentimiento de vulnerabilidad es un efecto de la vivencia de la catástrofe, en este caso la inundación.Esto permite pensar que el sentimiento de vulnerabilidad, producido por la vivencia de las inundacionespersiste en la actualidad y semanifiesta ensensación de miedo y alerta. En tanto que elacontecimiento catastrófico puso en evidencia las condiciones objetivas de vulnerabilidadde la población frente al riego de inundarse nuevamente; dicha situación se agrava por no tenerla debida prevención, dejando a los sujetos en un estado de desvalimiento material y subjetivo, produciendo malestar psicológico.

Este primer estudio epidemiológico de la población de Mendiolaza, permite conocer los efectos a corto plazo de los/as afectados/as de las inundaciones y de la exposición al riesgo al que se encuentran expuestos. Podemos afirmar entonces que elsentimiento de vulnerabilidad está determinado no sólo por el riesgo real y objetivo de la ciudad, sino también por el hecho de haber vivido la catástrofe. En tanto que la vivencia de la catástrofe aumenta el sentimiento de vulnerabilidad ante el riesgo que lo produjo resignificando negativamente lo que hasta el momento era, para muchos, un lugar de esparcimiento y belleza natural. Este sentimiento de vulnerabilidad sería por lo tanto una consecuencia de la vivencia de las inundaciones.

Bibliografía

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Lo que el río nos dejó… sensaciones presentes por vivencias pasadas/ ¿futuras?

Inundaciones en Sierras Chicas

Cecilia Agüero Gioda, Milagros Siri, Elisa Castrillon, GiorginaGarbarino y Camila Pérez


[1]Fecha de recepción: 2 de octubre de 2018. Fecha de aceptación: 18 de diciembre de 2018.

[2]Psicóloga, Titular de la Cátedra Teoría Psicoanalítica I y Adjunta de Teoría Psicoanalítica II.  Directora del Equipo de Investigación “Estudio epidemiológico en comunidades afectadas por las inundaciones de Sierras Chicas. Impacto de la catástrofe en la sintomatología mental de los afectados. Año 2016/2018”, Universidad Católica de Córdoba.

[3]Psicóloga. Adscrita alEquipo de Investigación “Estudio epidemiológico en comunidades afectadas por las inundaciones de Sierras Chicas. Impacto de la catástrofe en la sintomatología mental de los afectados. Año 2016/2018”, Universidad Católica de Córdoba.

[4]Psicóloga. Adscrita alEquipo de Investigación “Estudio epidemiológico en comunidades afectadas por las inundaciones de Sierras Chicas. Impacto de la catástrofe en la sintomatología mental de los afectados. Año 2016/2018”, Universidad Católica de Córdoba.

[5]Psicóloga. Adscrita alEquipo de Investigación “Estudio epidemiológico en comunidades afectadas por las inundaciones de Sierras Chicas. Impacto de la catástrofe en la sintomatología mental de los afectados. Año 2016/2018”, Universidad Católica de Córdoba.

[6]Estudiante de Psicóloga. Ayudante alumna delEquipo de Investigación “Estudio epidemiológico en comunidades afectadas por las inundaciones de Sierras Chicas. Impacto de la catástrofe en la sintomatología mental de los afectados. Año 2016/2018”, Universidad Católica de Córdoba.