Crítica y Resistencias. Revista de conflictos sociales latinoamericanos

N° 14 (junio-noviembre). Año 2022. ISSN: 2525-0841. Págs. 33-45

http://criticayresistencias.com.ar

Edita: Fundación El llano - Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina (CEPSAL)

 

Fronteras administrativas frente a construcciones cognitivas. La nueva dialéctica democrática del siglo XXI vs la construcción nacional en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Reflexión crítica[1]

Administrative boundaries versus cognitive constructions. The new democratic dialectic of the 21st century vs. national construction in the Autonomous Community of the Basque Country. critical reflection

 

Iñaki Zaldua Calleja[2]

 

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-No hay restricciones adicionales 4.0 (CC BY-NC 4.0)

 

Resumen

Tras el evidente choque dialectico entre la movilidad social y la rigidez político administrativa, es necesario generar un nuevo marco ante las nuevas características desarrolladas por los colectivos que se sitúan en la periferia del estado y a la periferia de su nación sin estado. Es en estos límites fronterizos donde la identidad, relaciones de poder y discursos nacionales se viven de forma diferente a los marcos construidos desde los centros nacionales. En el presente texto expondremos de forma breve, la trayectoria del discurso nacionalista vasco frente a las decisiones políticas tomadas por el estado, mediante las cuales se genera una distorsión del espacio político y sociológico el cual habrá que abordar. Este repaso nos ayudara a ver las dinámicas llevadas a cabo de forma comunitaria en los diferentes lugares de la pequeña Euskal Herria, más específicamente de la Comunidad Autónoma del País Vasco, y a comprender los motivos por los que las estructuras administrativas, ya sean de carácter estatal o comunitarias, generan diques de contención a estas acciones. Finalmente, esto nos dará pie también a encaminar y encuadrar el objeto de la tesis que estamos desarrollando sobre la forma en la que colectivos periféricos viven su realidad nacional en Euskal Herria.

Palabras clave: Frontera, nación, nacionalismo, sociología, comunidad

 

 

Abstract

After the evident dialectic clash between social mobility and political-administrative rigidity, it is necessary to generate a new framework in the face of the new characteristics developed by the collectives that are situated on the periphery of the state and on the periphery of their stateless nation. It is in these frontier limits where identity, power relations and national discourses are lived differently from the frameworks constructed from the national centres. In the present text we will briefly expose the trajectory of the Basque nationalist discourse in the face of the political decisions taken by the state, by means of which a distortion of the political and sociological space is generated, which will have to be approached. This review will help us to see the dynamics carried out in a communitarian way in the different places of the small Euskal Herria, more specifically of the Autonomous Community of the Basque Country, and to understand the reasons why the administrative structures, whether of state or communitarian character, generate dikes of containment to these actions. Finally, this will also give us the opportunity to direct and frame the object of the thesis we are developing on the way in which peripheral collectives live their national reality in Euskal Herria.

Keywords: Border, nation, nationalism, sociology, community.

 

Introducción

La época en la que conocíamos, al menos en términos identitarios, la dimensión del marco social, político y cultural se está evaporado. Hoy, es casi imposible determinar donde acaban las características de un determinado grupo nacional, cultural, étnico…y comienzan las de los ``otros´´. Vivimos en un momento en el que es posible desarrollar mucha mayor empatía y solidaridad con una persona que físicamente se sitúa en el polo opuesto del globo, que, basándonos en lógicas físicas, como la distancia o el tiempo, con personas de la comunidad.

El tiempo avanza, lo que hace posible de una u otra forma las evoluciones derivadas de las interacciones humanas o para con su entorno. De la misma forma, y en ese camino de transformación continua, diría, que el salto del modernismo al posmodernismo es inevitable. Esto conlleva a que los límites entre las estructuras construidas por agentes sociales y políticos se transformen. Es en esa transición, en la que los límites establecidos entre la normatividad y la periferia con respecto a otras normatividades y otras periferias se difuminan, donde en consecuencia las sociedades vamos construyendo nuevos paradigmas en los que vivir, compartir y cuidarnos.

No obstante, herramientas propias de finales del siglo XX, desarrolladas en el XXI como las redes sociales de Internet, el correo electrónico o el envío de documentos, dinero u otros archivos vía online han acelerado este proceso ya de por si vertiginoso desde (dependiendo el espacio geográfico) el siglo XVIII, hasta crear una sensación de vértigo, angustia, fatiga, miedo e incluso rechazo a la difusión y transformación de los límites socioculturales (Concheiro, 2018).  Esto choca frontalmente con la forma en la que históricamente han evolucionado las sociedades, visto que los avances[3] siempre se dieron con un tempus más lento hasta llegada de la revolución industrial, donde se comenzó a experimentar cambios más allegro (entre otros, Öcalan, 2017; Turchin, 2017).

En frente de esta dinámica cultural en la que el ser humano va cambiando su habitus en función de los avances científicos, modas, legislaciones sub/supra y estatales, se encuentra el sistema político que, como un dique que pretende dirigir, vigilar y controlar el agua, impide a la sociedad redibujar su propio cauce. Para expresar esto en términos de Bourdieu diríamos lo siguiente: Historia incorporada, naturalizada, y, por ello, olvidada como tal historia, el habitus es la presencia activa de todo el pasado del que es producto (Bourdieu, 1990. Visto en Billlig, 2014, p.79).

 De la misma manera, y mientras estas dos dialécticas, la de lo público (moderno, rígido, previsible, limitado) y lo comunitario (posmoderno, trasnacional, imprevisible y difuso) se enfrentan en una guerra sin cuartel, en la que el sistema político se ha aliado con el mercado, encontramos que el sistema de naciones sigue teniendo tanta vigencia como en la época moderna entre las formas de pensar sociales (Billig, 2014).

Si bien anteriormente hemos remarcado que el concepto de la comunidad y las relaciones afectivo sociales están cambiado (Bauman, 2001), entendiéndolas ahora en un plano global y trasnacional (Sassen, 2008), en cierta manera esto no ha afectado a la forma en la que un individuo determinado se sitúa en el mundo. Seguimos necesitando conocernos, saber quiénes somos y limitar en cierta medida nuestra identidad de cara al ``otro´´ (Mead, 1990) ya sea este parte de nuestra comunidad o no. Lo que complejiza increíblemente el examen teórico, ya que son múltiples las variables sociológicas las que inciden en la forma de complementar esta identidad (Bourdieu, 2017).

Podríamos dar por zanjado, como afirman varios autores, Anderson (2021) entre otros, que una vez comienza el proceso de secularización, el vacío (entendiéndonos como un puzzle a completar, ya que desarrollar una metáfora más compleja nos llevaría a extendernos, impidiéndonos abordar el objeto del presente artículo) dejado por la religión es ocupado por el de la nacionalidad, momento en el que las sociedades y desde Europa occidental (Francia, Gran Bretaña…) hacia el resto del mundo, se expande la idea de distribuir e imaginar el mundo en parcelas nacionales (Anderson,  2021)

Seguimos siendo seres sociales, ultrasociales (Tomasello, 2014), por lo que, para comunicarnos entre sujetos precisamos inexcusablemente de medios prácticos, muchas veces de carácter nacionalista como es la lengua. Con esto no pretendemos afirmar, al igual que ciertos teóricos del nacionalismo como Herder o Fichte, que en órbita al idioma se origina la nación; solo exponemos que el conocimiento de una determinada lengua garantiza una cosmovisión concreta del mundo, por lo que es fácil pensar que el idioma nacional de los estados nación, construirá una determinada forma de reflejase en este.

Obviamente, la lengua no es el único mecanismo del nacionalismo para imaginar la comunidad. Anderson, en su obra Imagined Communities expone de forma muy clara el proceso de los criollos en América Latina y su proyecto de liberación nacional, el cual a pesar de desarrollarse en el mismo idioma que la metrópoli constituyo un evidente marco nacionalista.

Prueba de que el nacionalismo sigue vigente y en nuestro día a día es el ensayo Banal nationalism publicado por el profesor de ciencias sociales en la Universidad de Loughborough Michael Billig en 2014, donde el investigador demuestra como cotidianamente y de forma inconsciente reproducimos mediante los actos, discursos, símbolos y referencias sociales, el nacionalismo inherente al estado al que pertenecemos de forma banal. Esta acción, oculta a simple vista, es posible gracias a la hegemonía del estado en los diferentes espacios sociales, tales como educación o el mercado.

No obstante, estas lógicas modernistas no atienden a las realidades, aún más complejas que se viven y materializan en las sociedades con identidades nacionales que pretenden construir estados. Aquí, la realidad entre sentir, ser, vivir, referirse a, se problematiza haciendo alusión a múltiples variables, fronterizas, legislativas, culturales etc., las cuales son las que ahora nos atañen.

Una vez expuesto lo anterior, pretendemos centrarnos en el caso vasco, mediante el cual queremos reflejar el conflicto entre estructura administrativa y reivindicación social en forma reflexiva. Tenemos que tener en cuenta que, como expone Mira (1985) entre otros, el fin de cualquier nacionalismo es conseguir su propio estado. En esta afirmación, el autor, diferencia seis modelos diferentes de nacionalismos, entre los cuales, y para estudiar el caso vasco, nos quedaremos con dos. 1) El caso en el que el nacionalismo posee estructuras estatales y estas únicamente obedecen a un sentir nacional, haciendo alusión en este caso al Reino de España (Mira, 1985) y 2), el de la nación sin estado y perteneciente a un estado (o dos, como es el caso vasco) con una identidad nacional diferente y hegemónica (Mira, 1985).

Una vez definidos los términos respectivos a la nación, el estado y la nacionalidad expuestos, trataremos de problematizar el ethos según nos cuenta Turchin (2021) en Dínamicas Históricas, para así poder definir la frontera, no en su sentido más conocido, la frontera del estado, sino de una manera conforme a la identidad nacional, más indeterminado y con mucha menos bibliografía que el anterior.

Para ello será necesario, con la intención de facilitar la comprensión de quien desconozca el contexto vasco, hacer un breve repaso demográfico y de carácter nacional de la población vasca. En consecuencia, tomaremos investigaciones realizadas por (Zabalo, Iraola, Odriozola, Letamendia, Mateos entre otros) para así estudiar desde la perspectiva nacional el proceso de la población vasca. Aprovecharemos la oportunidad para resaltar las posibles formas de vivir el nacionalismo entre el centro normativo y su periferia.

Tras analizar los conceptos, trataremos de exponer el conflicto generado entre las estructuras nacionales no estatales, representadas en cuerpos de partidos políticos, y las necesidades sociales de la población vasca. Es aquí donde plantearemos la cuestión de si el sistema político actual, en decadencia según autores como Mair (2013), actúa realmente como dique, impidiendo el <<natural>> recorrido social de las poblaciones que gestiona y en consecuencia trataremos de exponer las incoherencias fronterizas en la toma de decisiones políticas.

Para finalizar la introducción, me gustaría recalcar que, a día de hoy, el discurso hegemónico del nacionalismo vasco acoge un territorio comprendido por 7 provincias, evidencia de ello son actividades comunitarias como la Korrika[4]. De este marco geográfico, tres provincias se encuentran dentro de los límites fronterizos del Estado Francés y las otras 4 dentro del Reino de España. Estas últimas, además, se dividen en dos unidades administrativas diferentes, la Comunidad Foral de Navarra y la Comunidad Autónoma del País Vasco. Es en esta última en la que nos centraremos para nuestro análisis.

 

Sobre el Estado, la nación, el nacionalismo y las fronteras.

Max Weber entendía el Estado como una comunidad humana que reclama y consigue con éxito el monopolio del uso legítimo de la fuerza física dentro de un territorio determinado (Smith, 1976), Schnapper completaría la definición como el conjunto de instituciones y medios de control y de coerción, que tiene por objeto crear y mantener la cohesión interna de las unidades políticas y permitirlas ejercer su acción en el exterior (Schnapper, 2001, p.36 visto en Merino, 2021).

A estas dos referencias podríamos añadirle el diagnostico de Charles Tilly (1992), quien revela el Estado como la estructura que consigue el monopolio de la violencia legítima a lo largo de siglos de historia. Para que el estado consiga y mantenga su legitimidad necesita de un vínculo emocional para con la población que pretende subyugar. Es aquí dónde nos encaja la definición de nacionalismo, ejercida por modernistas como Gellner, quien se refiere al nacionalismo como una herramienta ideológica para construir la nación (Odriozola, 2016:26). Entendiendo esta última como mantenía Weber.

Para Weber, la idea de nación pertenece a la esfera de los valores y se refiere al sentimiento específico de solidaridad de ciertos grupos de individuos frente a otros (Weber, 1968, p. 922). Además, este autor considera que las naciones se manifiestan de forma adecuada en Estados propios, por lo que cada nación tiende a producir su correspondiente Estado (Weber, 1948, p. 176) (Merino, 2021, p.38).

No obstante, ¿qué sucede cuando el nacionalismo que consigue estructuras estatales para aplicar la violencia legítima sobre una determinada población y con límites fronterizos nítidos no logra ser hegemónico en todo el territorio? En este caso, las zonas que pasarán a ser periféricas desde la perspectiva estatal, intentarán desarrollar una idea de nación propia para consolidar una estrategia nacionalista que lleve al enfrentamiento con el estado nacional ajeno; para acabar así, consolidándose como estado (Mira, 1985).

Estos espacios periféricos tenderán a construir su identidad nacional en contraposición al hegemónico o a la identidad nacional presente en el estado construyéndose esta como si de un juego de espejos se tratara (Letamendia, 1997). Es por ello, que estas zonas con identidad nacional propia, dentro de las fronteras demarcadas por el Estado, desarrollarán desde sus élites discursos característicos de su nación en la que entrarán en juego mitos, historia, cultura, tradiciones, lengua etc. No obstante, y coincidiendo con los teóricos del paradigma etno-simbólico como Armstrong, Hutchinson o Smith, este proceso de construcción no se dará únicamente desde arriba hacia abajo, sino que debe, y existe, un humus en la población que cultiva y nutre también a dicha elite (Odriozola, 2016).

Por lo tanto, vemos interesante tomar el apunte de Anthony D. Smith, quien acepta que si la definición de <<nacionalismo>> depende en parte de la <<nación>>, la de ésta depende igualmente de la del nacionalismo (Smith, 1976).

Es por ello, que para este autor nación significaría lo siguiente: ‘una población humana que comparte un territorio histórico, mitos y recuerdos, una cultura pública de masas, una economía y derechos y deberes comunes para todos sus miembros’’ (Smith, 1996, p. 359 visto en Moreno, 2021, p.46).

Otro concepto a estudiar, del que sin duda en la tesis que estamos desarrollando sobre la forma en la que colectivos situados a la periferia del discurso normativo del nacionalismo vasco viven su identidad nacional abordaremos más en profundidad, es el de la frontera. Aquí, la frontera no puede únicamente mostrarse como el fin de la soberanía y/o inicio de otra diferente, la cual sirve para limitar algo (Niño, 2021); ya que, en cualquiera de los casos colindantes con la Comunidad Autónoma del País Vasco, exceptuando el caso de la frontera con Lapudi[5], donde coincide con la frontera estatal; el resto de límites configuran porciones de tierra que pertenecen al mismo estado.

Es en estas zonas fronterizas donde se vive de manera compleja la identidad nacional, ya que como expondremos más adelante, los procesos migratorios dados a lo largo del siglo XX (Zabalo, Mateos e Iraola, 2013), junto con el desarrollo del marco estatal en términos como la educación o instituciones públicas entre otros factores, enfrentados estos, con estamentos parecidos construidos desde una perspectiva nacional diferente (Ertzaintza, Gobierno Vasco, Ikastolak…) generan una relación desigual, delicada y violenta de enfrentamiento entre la nación, discursos nacionales y Estado.

Por ello, propondremos la conceptualización de dicho termino como la diferenciación y continuidad entre dos espacios, los cuales tienden a generar zonas fronterizas (Niño, 2021), ya que es en estas zonas donde reside el interés de nuestro estudio. Zonas fronterizas, periféricas desde una perspectiva estatal (Letamendia, 1997), y periféricas desde una normatividad nacional (Zabalo, 2006). Como comenta el profesor de la UPV/EHU Ignacio Mendiola junto al profesor de la Universidad de A Coruña José Ángel Brandariz:

la frontera es ciertamente un espacio reconocible, medible, visible, tangible, Pero es también un proceso multidimensional, metamorfoseante, que se despliega y repliega: no está en el espacio a modo de una realidad acabada y cosificada, más bien habría que decir que está siendo, dándose, entrelazándose (otros) espacios, personas, vivencias, normas (Mendiola y Brandariz, 2019, p.9).

Por lo tanto, los análisis del profesor Mendiola sobre la zona fronteriza, basados en la seguridad, o en una forma de hacer política específica para el control, la vigilancia, el dinamismo y la violencia simbólica, aunque no de forma tan cruda como en las realidades que él estudia (frontera de Turquía, Ceuta o Melilla), se manifiestan en estas áreas periféricas para con el nacionalismo estatal y se reproducen en la nación sin estado.

Ejemplo más que evidente de estas estrategias de vigilancia y/o violencia simbólica son los peajes en las autopistas, mediante los cuales se hace menos accesible para la periferia geográfica del territorio denominado parte del nacionalismo vasco el centro de su nación que el resto de provincias colindantes pertenecientes a otro, y al mismo tiempo del mismo ethos nacional. Este último ethos nacional lo definiremos como el grupo de personas pertenecientes a un determinado espacio. ``Este grupo se caracteriza por tener una lengua, cultura, psicología, parecidas y son muy estables´´ (Turchin, 2017, p.104). Lo que hace, obviamente, complejo el análisis de determinar quién esta dónde y a qué pertenece, ya que se encuentran en diferentes espacios nacionales, reivindicados a la vez por dos nacionalidades diferentes, gestionadas también por diferentes estructuras, dinamizadas por partidos políticos con perspectivas nacionales diferentes y en parte iguales.

 

Breve trayectoria histórica del nacionalismo vasco

En relación al nacionalismo vasco, desde finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX, se han dado varios cambios en la forma de entender la nacionalidad vasca.  Con sus orígenes en Sabino Arana (Letamendia 1997) y tras perder las guerras carlistas (Aguirreazkuenaga, 2011), se comienza a dar los primeros pasos en la construcción del discurso del nacionalismo vasco. Arana, perteneciente a la burguesía bilbaína, heredero de la perspectiva carlista, comenzó a estructurar las bases que condicionarían la cosmovisión del territorio vasco.

En estos comienzos, la raza, si bien entendida de forma peculiar como describe Douglass en su artículo Sabino´s sin (2002), marcó en un principio el discurso sobre la nación. Sabino Arana defendía la pureza de la raza vasca frente a la latina (o española), a la que denominaba de forma despectiva como maqueta (Doucglas, 2002). No obstante, esta forma de entender el grupo nacional es el predominante en la Europa de finales del siglo XIX, y este, bebe de la literatura alemana, donde también se ensalza la raza vasca (Douglas, 2002).

Dicho esto, Arana, desarrollo empatía y se manifestaba en favor del resto de pueblos subyugados por el imperialismo fuese este español, inglés o francés, motivo por el cual fue encarcelado en alguna ocasión (Douglas, 2002). Mostro simpatía por los pueblos de África o Latinoamérica, lo que nos hace a recalcar que su racismo habría que entenderlo de forma peculiar.

Esto mismo, refuerza la idea de territorio frente a otro, ya que el discurso desarrollado por quien fundaría el Partido Nacionalista Vasco, configuró una serie de limites internos y externos, donde se clasificaron a los individuos. Tenemos que tener en cuenta que, debido sin duda al fuerte entramado industrial que se desarrolló entre la zona minera y margen izquierda se dieron diferentes olas migratorias que llegaron, preferentemente desde el Estado Español a Bizkaia en el final del siglo XIX y comienzos del XX. (Zabalo, Mateos e Iraola, 2013).

Para finalizar con la trayectoria de lo que serían los inicios del nacionalismo vasco, cabría recalcar que Sabino Arana no defendía el marco territorial que se imagina el actual marco vasco. Si en sus inicios, era Bizkaia quien debía recabar su independencia, acabo desde la cárcel, aclamando estratégicamente que la Comunidad del País Vasco (Bizkaia, Gipuzkoa y Araba), debía de coger poder y soberanía manteniendo sus fronteras dentro de las estatales (Letamendia, 1977).

Este discurso se mantuvo hasta mediados del siglo XX, donde pasada la segunda guerra mundial, se aparta el rasgo centrado en la raza, enfocándolo está vez en la cultura y el idioma vasco. La II guerra mundial trajo consigo la ruptura epistemológica de carácter racista, pues, después del holocausto provocado por el movimiento nazi, los nacionalismos enfocados en la raza estaban mal vistos.

El nacionalismo vasco, exiliado, humillado, ninguneado y oprimido por la represión franquista comenzada en el levantamiento y golpe de estado de 1936, conllevo a una ruptura dialéctica entre los dirigentes el PNV para con algunos de sus jóvenes. José Manuel Aguirre, Benito del Valle Ganzaráin, Julen Madariaga o Txillardegi entre otros, constituirán el diario EKIN (hacer), mediante el cual desarrollarán una perspectiva ideológica que les hará derivar hacia la construcción de una nueva forma de entender el nacionalismo, desde una vertiente más étnica y lingüística. Muchos de estos nuevos jóvenes militantes, desconocerán el euskara, y tras aprenderlo se convertirán en euskaldun berriak (nuevos vascos``parlantes´´) (Letamendia, 197).

De la constitución de este diario y tras su expulsión por discrepancias con las viejas generaciones del PNV, estos jóvenes constituirían la primera ETA (Euskadi Ta Askatasuna), lo que se convertiría en el Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Es desde este movimiento, que se organizarán diversos grupos de fomento del idioma, cultura y acciones políticas en favor de la cultura e idioma vasco. El euskara, pasó de ser un idioma residual y en peligro de extinción a tomar la centralidad en el discurso nacionalista, lo que sin duda impulso su conocimiento y descubrió un nuevo paradigma para el nacionalismo vasco[6].

Esta vertiente fundamentada en el sentir cultural y lingüístico sigue hasta nuestros días, aunque tal y como concluyen Zabalo y Odriozola (2017), parece que la población vasca razona cada vez más su sentir nacional, en relación a la capacidad de decisión democrática, sin dejar de lado aún la vertiente cultural y lingüística.

Esto vendría a definir el concepto tipo ideal, hablando en términos de Weber, de lo que sería el nacionalismo normativo vasco. No obstante, y tras los procesos migratorios dados a lo largo del siglo XX, lo cual hizo que en los años 80 más del 30% de la población nacida en la Comunidad Autónoma Vasca hubiese nacido fuera de las fronteras nacionales y dentro de las del estado nación (Zabalo, Mateos e Iraola, 2013), se generase una nueva forma de vivir la periferia con respecto al centro nacional.

En estos años, se comienza un proceso de euskaldunización titánica, mediante ikastolas, euskaltegis etc. Dónde en gran parte un movimiento popular, organizado casi siempre en la órbita de lo público y de forma comunal, impulsó y puso en el centro una cultura que para los años 60 pareciese estar condenada a la extinción.

 

La construcción pública del actual sistema de comunidades.

El contexto de crisis del Fordismo en Europa, coincidió con las reformas políticas hacia la ``democratización'' que siguieron a la muerte de Franco en el Estado español. La de 1970 es una década de centralidad para el Estado español y las comunidades autonómicas, ya que, con el fin del régimen franquista, además de la construcción de la monarquía parlamentaria, se inicia el régimen del 78.

Importantly here, the successful end of the political restructuring was also seen as legitimising the Spanish state as a nation-state and therefore making any claim for further devolution problematic. The political reforms were deemed to have then been followed by a ``realisation´´ of the need for an economic reform, while EU membership has been widely interpreted as the final step on the road towards ``normalisation´´ in Spain. (Calvo, 2015, p.115).

Ante la necesidad de ingresar en la Unión Europea el régimen franquista tuvo que metamorfosearse en uno más amable a los ojos de Europa.  En el texto escrito por Nagore Calvo Mendizabal (2015) Building the Basque City – The Political Economy of Nation-Building, argumenta lo siguiente:

I argue that the post-Franco ``transition´´ needs to be discussed in the context of a whole set of political and economic changes, such as the crisis of Fordism an the ongoing political and economic restructuring of Europe, which were simultaneously occurring on the global, European, national and local levels (Calvo, 2015, p.116).

Por tanto, para entender el cambio de sistema en el Estado español, hay que entender la crisis política (muerte de Franco), económica (crisis del segundo sector), social (fordismo y postfordismo) y global (fortalecimiento de la UE) que se estaba dando en esas décadas. Con un sistema de autonomías aparentemente federal, el Estado pudo, sin perder prácticamente el control sobre el poder legislativo ni judicial, acceder a las subvenciones regionales de la Unión Europea.

La transición se enfrentó a importantes retos políticos y económicos. Los primeros se resolvieron con los pactos de la Moncloa. Una serie de acuerdos entre los representantes de los grupos políticos y sindicales mayoritarios que se alcanzaron a puerta cerrada para evitar la movilización popular. Mientras tanto, los retos económicos se centraron en la congelación de los salarios para hacer frente a la inflación y en solucionar las rigideces laborales heredadas de la gestión sindical vertical.

More specifically, this consensus was based on a series of bipartite and/or tripartite agreements, known as the Moncloa Pacts, which sought to involve, in principle, the government, trade unions and business representatives. However, the level of participation and contribution on the part of trade unions was not always straightforward (Calvo, 2015, p.119).

Por tanto, siguiendo con el análisis de Calvo (2015) podríamos decir que la transición española fue más una reconversión económica que una verdadera transformación política; aunque esta última tuvo que llevarse a cabo, por lo menos cara a la galería, para poder acceder a las ayudas europeas. La crisis del Fordismo atlántico tuvo un fuerte impacto en el segundo sector en general, mientras, la crisis del petróleo, la subida del precio del crudo, afectaron gravemente a una industria para entonces obsoleta.

Con intención de hacer frente a la situación, se crearon las comunidades autónomas, ya que, mediante esta estrategia visual frente a la Comunidad Europea, el Estado pudo, sin perder el monopolio del poder, descubrirse como una organización política descentralizada ante la Comunidad.

En definitiva, fue la lógica liberal, de carácter posfordista la dinámica que gestionó la estructura organizativa dentro del Estado español. En consecuencia, espacios con identidades nacionales diferentes al español, como en el caso vasco, vieron dividido su territorio por fronteras impuestas (Comunidad Autónoma Vasca y Comunidad Foral de Navarra), las cuales obedecían más a un proyecto político nacional, acorde a las lógicas del Estado-nación, que, a una cohesión política y social local; lo que ha tenido consecuencias para el proyecto nacional vasco a posteriori.

 

Conclusiones

Hemos tratado de poner en cuestión y definir los términos principales que serán objeto de estudio para la Tesis Doctoral sobre el conflicto entre la periferia para con el discurso normativo en el nacionalismo vasco. Además, estas cuestiones planteadas deberían bastar para un debate sobre la idoneidad del actual sistema político y su cohesión para con la sociedad.

Esto es, demostrar la compleja dialéctica que se da en las periferias nacionales, ya sean estas entre estados o naciones sin estado de cara a ese estado. Las zonas fronterizas son sin duda alguna, lugares físicos complejos por todas las variables que contienen en su seno hasta formar la maraña de relaciones. 

Una forma evidente de ver las consecuencias del estado en las relaciones sociales puede verse reflejada en lo estudiado por Billig, cuando explica las diferencias de idiomas que se daban en la edad media o sociedades más primitivas y como con la llegada del estado y la lengua nacional, se imponen en límites rígidos unos idiomas frente a otros (Billig, 2016), haciendo que comunidades colindantes no puedan comunicarse entre sí.  Sin sistemas burocráticos tan contundentes como estos, las sociedades estarían en un principio, obligadas a formar organizaciones más democráticas (Öcalan, 2017).

Un ejemplo interesante es el que se dio en el año 2020, donde después del periodo de confinamiento (marzo-junio) se comienza con un proceso de desescalada, en el que las fronteras comienzan a abrirse primero por pueblos, luego por provincias y finalmente entre comunidades.

Es en esta época donde se materializó de forma más visible la violencia simbólica y extrema vigilancia de las zonas fronterizas. Familias divididas en pueblos fronterizos (Castro-Muskiz, Irun-Hendaia, Agurain-Larraona, Castejón-Alfaro…) que fueron separadas por un límite invisible establecido por instituciones políticas alejadas del marco social. En un mundo interconectado, se vio, fuera de las decisiones tomadas en referencia a la salud pública, como los intereses políticos impedían a familias y/o amistades juntarse. Esto hizo más material si cabe la brecha causada entre la rigidez política y la vida social.

Cuando las fronteras nacionales no coinciden con las estatales, las dialécticas en las relaciones entre naciones dentro de un mismo estado son complejas y más laxas. Es por ello que dependiendo de la conveniencia se pudieron desarrollar mecánicas que desde una perspectiva de política nacional serían inexplicables, como conectarse antes con Cantabria que con Navarra.

En este contexto, experimentamos como sociedad el choque del líquido social (Bauman, 2002) contra el dique político rígido. Un golpe entre el posmodernismo y el modernismo, reflejo a mi entender, de la obsolescencia del sistema político democrático. Este contexto demostró también, como las redes de solidaridad entre vecinos y vecinas, conseguían llegar a donde lo público no podía. Ulrich Beck (1997), comentaba que no podíamos estar hablando de un proceso de individualización, sino que, al cambiar las lógicas de socialización, se estaba dando un proceso de revinculación, el cual debemos comprender.

Es por ello que coincido con Abdulah Öcalan (2018), líder Kurdo y en prisión como preso político desde 1997, cuando afirma en Civilización capitalista, la era de los dioses sin máscara y los reyes desnudos. Manifiesto por una civilización democrática:

El estado excluye a la sociedad de la gestión de esos asuntos y los utiliza para legitimarse, mientras que un sistema democrático busca satisfacer al conjunto de la sociedad a través de la gestión común de esos asuntos; se trata de la diferencia fundamental y vital entre civilización estatal y la democrática. Cuando las comunidades alcancen la capacidad de decidir y actuar sobre los asuntos que les conciernen, entonces se podrá hablar de sociedad democrática (p.355).

Para finalizar, me gustaría subrayar lo descrito por Javier García Fernandez (2019), cuando menciona en Descolonizar Europa. Ensayos para pensar históricamente desde el sur que es necesario generar espacios intelectuales que aborden la cuestión nacional en estas naciones sin estado. Realizar estudios de posibilidad y empoderamiento, teniendo en cuenta las características sociológicas (mercado, institución, sociedad) determinadas de cada territorio, para, empoderando a la ciudadanía con instrumentos democráticos reconfigurar las fronteras estatales y transformar la realidad política en una más acorde a las necesidades coyunturales de la población.

En la Comunidad Autónoma del País Vasco, se dan sin duda muchos procesos que parten de la voluntad popular y que trabajan desde lo comunitario planteando así un prisma diferente de la vida. Prueba de ello son las comunidades energéticas que se están desarrollando en los concejos alaveses, la gestión del monte de forma comunitaria en Álava o Navarra, plataformas como IZARKOM de telefonía, Goiener para el suministro de energía y con una perspectiva nacional vasca, procesos de municipalización del agua como en Lanestosa (Bizkaia), movimiento Okupa, y un largo etc.

Obviamente, estos procesos generan choques dialecticos entre los pilares que forman la sociedad. Si el poder fuese algo visible, dividido en cotas a partes iguales, el momento en el que la sociedad reivindica y maneja cierta cota de poder antes perteneciente al mercado, el cual está aliado con el estado, este último tiende a generar dinámicas coercitivas para limitar la cota de poder popular.

El cambio se está dando y es necesario entender las nuevas lógicas sociológicas, si es que en algún momento podremos numerarlas debido a su cantidad y complejidad, para ofrecer dinámicas que pongan en el centro la vida, entendiendo esta como el equilibrio que garantiza el bienestar de todo ser en un ecosistema determinado. A este ecosistema determinado lo llamaremos planeta tierra.

 

Bibliografía

Agirreazkuenaga, Joseba (2012). Euskal herritarren burujabetza. Alberdiana.

Arnaiz, Niño (2021). Mugak, harresiak eta giza mugikortasuna: marko teoriko-normatiboa. Inguruak. Revista Vasca de Sociología y Ciencia Política. Núm (71) (pp. 56-78). ISSN (0214-7912). Leioa: UPV/EHU. Doi: http://www.inguruak.eus/index.php/inguruak/article/view/71-2021-art04/125  

Anderson, Benedict (2021) Comunidades Imaginadas. Fondo De Cultura Económica.

Bauman, Zygmunt (2001) La ambivalencia de la modernidad y otras conversaciones. Ediciones Paidós.

Bauman, Zygmunt (2002) Modernidad líquida.                Fondo de cultura económica de Argentina.

Beck, Ulrich (1997). La reinvención de la política. Hacia una teoría de la Modernización reflexiva. Modernización reflexiva. Política, tradición y estética en el orden social moderno. Aliaza Universidad.

Billig, Michael (2014) Nacionalismo Banal. Capitán Swing

Brandariz, Jose Ángel y Mendiola, Ignacio (2019). Introducción: una mirada interdisciplinaria a la frontera como espacio y proceso. Revista CIDOB d’Afers Internacionals, Núm (122), (pp. 7-13). ISSN: (1 133-6595). Barcelona: Bellaterra. Doi: doi.org/10.24241/rcai.2019.122.2  

Bourdieu, Pierre (2018). Las estrategias de la reproducción social. Siglo veintiuno.

Calvo Mendizabal, Nagore (2015). Building the Basque City – The Political Economy of Nation-Building. Reno, Nevadan: Centre for Basque Studies, University of Nevada.

Concheiro, Luciano (2016) Contra el tiempo. Anagrama.

Douglass, William. A. (2002). Sabino’s sin. Ethnonationalism in the Contemporary World: Walker Connor and the Study of Nationalism, 21, 95.

Foucault, Michel (2018). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. SigloXXI

Garcia, Javier (2019). Descolonizar Europa, Ensayos para pensar hitóricamente desde el Sur. Brumaria

Iraola, Iker (2014). Abertzaletasunaren bilakaera espainiar immigrazioarekiko: erreakziotik integraziora. Uztaro: giza eta gizarte-zientzien aldizkaria, Núm (90). (pp. 99-119). ISSN (1130-5738). BilbO: UEU.  Doi:  10.26876/uztaro.90.2014.6

Iraola, Iker., Mateos, Txelo eta Zabalo, Julen (2011). Discursos sobre la integración La inmigración al País Vasco en los años 1950-1970. RIPS: Revista de investigaciones políticas y sociológicas. Núm (10) Vol (3). (pp.  115-130). ISSN (1577-239X). Doi: http://hdl.handle.net/10347/6725

Iraola, Iker eta Odriozola, Onintza (2017). Lengua e inmigración en la definición de la nación: El caso Vasco. Spagna contemporanea Núm (51) (pp. 35-55). ISSN (1121-7480). Alessandria: Rivista semestrale di storia, cultura e istituzioni. Doi: https://www.spagnacontemporanea.it/index.php/spacon/article/view/53

Letamendia, Francisco (1997). Juego de espejos. Conflictos nacionales centro-periferia. Trotta editorial.

Letamendia, Francisco (1978). Historia de Euskadi: el nacionalismo vasco y Eta.: Iberica ediciones peninsulares.

Mair, Peter (2013). Gobernando el vacío. La banalización de la democracia occidental.  Madrilen: Alianza editorial.

Mead, George H. (1990). Espíritu, persona y sociedad desde el punto de vista del conductismo social. Paidos

Mendiola, Ignacio. (2019). El despliegue fronterizo en el contexto de la Unión Europea bajo el actual ethos securitario. Revista CIDOB d’Afers Internacionals, Núm (122), (pp. 39-60). ISSN: (1 133-6595). Barcelona: Bellaterra. Doi: doi.org/10.24241/rcai.2019.122.2  

Merino, Anton (2021). Sobre las teorías de la nación. Inguruak. Revista Vasca de Sociología y Ciencia Política, Núm (71). (pp. 37-55). ISSN: (0214-7912). Leioa: UPV/EHU.  Doi: http://dx.doi.org/10.18543/inguruak-71-2021-art03

Mira, Joan (1985). Crítica de la nació pura. Eliseu Climent

Öcalan, Abdullah. (2017). Civilización Capitalista la era de los dioses sin máscara y los reyes desnudos. Editorial descontrol

Odriozola, Onintza (2016). Erakunde bat baino gehiago: ETA herri mugimendu gisa (1958-1968). Tesis doctoral. Bilbao: UPV/EHU. https://addi.ehu.es/handle/10810/25190 

Sassen, Saskia (2007). Una sociología de la globalización. Editorial Katz

Sassen, Saskia (2003). Contrageografías de la globalización. Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos. Traficantes de sueños

Tilly, Charles (1992). Coerción, capital y los estados europeos 990-1990. Alianza

Turchin, Peter (2022) Dinámicas históricas Por qué las civilizaciones surgen y desaparecen. Editorial Almuzara

Smith, Anthony D. (1976) Las teorías del nacionalismo. Homo sociologicus. Ediciones peninsula.

Tomasello, Michael (2014). The ultra-social animal. European Journal of Social Psychology. Núm (3) Vol (44), 187–194. ISSN: (0046-2772) Published online in Wiley Online Library (wileyonlinelibrary.com).  Doi:   10.1002/ejsp.2015

Zabalo, Julen eta Odriozola Onintza (2017). Eredu aldaketa euskal nazionalismoan?. Demokrazia kontzeptuaren garrantzia. Jakin, Núm (219), (pp. 59-80) ISSN ( 0211-495X) jakin.eus Doi: https://www.jakin.eus/aldizkaria/artikulua/eredu-aldaketa-euskal-nazionalismoan-demokrazia-kontzeptuaren-garrantzia/4090

Zabalo, Julen (2006). Nacionalismo vasco: el discurso teórico sobre la nación y su readecuación en la práctica. Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas Núm (1) Vol (5). (pp. 83-94) ISSN (1577-239X). España: Universidad de Santiago de Compostela. Doi: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38050107

Zabalo, Julen; Mateos, Txoli e Iraola, Iker (2013). Conflicting nationalist traditions and immigration: the Basque case from 1950 to 1980. Nations and nationalism, Núm (3) Vol(19). (pp. 513-531). ISSN (1354-5078). Doi: 10.1111/nana.12025

Zabalo, Julen y Odriozola, Onintza (2017). The Importance of Historical Context: A New Discourse on the Nation in Basque Nationalism? Nationalism and Ethnic Politics Núm (2).Vol (23) (pp. 134-154) ISSN (1353-7113)  Doi: 10.1080/13537113.2017.1311140



[1] Fecha de recepción: 18/04/2022. Fecha de aceptación: 07/06/2022.

Identificador persistente ARK: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s25250841/f40zmas2f

[2] Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

España

inaki.zaldua@ehu.eus

[3] Llamamos avances a los descubrimientos, inventos realizados por el ser humano a lo largo de su historia, aunque estos no siempre fueran, según mi opinión, sinónimos de progreso y mejora en la calidad de vida.

[4] Korrika es una carrera bianual organizada por aek, la cual además de recaudar fondos para la alfabetización y fomento del euskara, genera también un sentimiento comunitario y cohesionador de la población a lo largo de las 7 provincias por donde se corre de manera ininterrumpida. Esto es posible gracias al testigo, el cual va pasándose de mano en mano hasta llegar a su meta, donde se leerá el mensaje que alberga en su interior. (Para más información: https://www.aek.eus/es-es/blog-1/content/korrika )

[5] Lapurdi es una provincia situada desde la perspectiva nacional vasca al noreste de Euskal Herria, la cual limitaría al norte con el mar, noreste con Las Landas (Francia). Desde la perspectiva del Estado Francés, es un territorio sin estatus administrativo, adscrito dentro del departamento de los Pirineos Atlánticos, el cual limitaría al suroeste con el Reino de España.

[6] Para más información con respecto al trayecto en el discurso del nacionalismo vasco se puede ir a entre otros Odriozola, 2016: https://addi.ehu.es/handle/10810/25190