El peligro del “Otro”: Narrativas gubernamentales sobre
el proceso migratorio venezolano en Ecuador (2018-2020)[1]
The danger of the “Other”: Government narratives
on the Venezuelan migration process in Ecuador (2018-2020)
Daniela Belén Chango
Corredor[2]
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Resumen
Este artículo analiza las narrativas gubernamentales
que se produjeron frente al proceso migratorio venezolano en Ecuador durante el
periodo 2018-2020. Durante este tiempo se dio la mayor afluencia de personas
migrantes venezolanas en el país y se desarrollaron narrativas seguritarias y
medidas de control para regular su ingreso. En este contexto se estudia cómo el
discurso gubernamental ecuatoriano incidió en la representación de las personas
migrantes como amenaza al orden público, y al bienestar social y económico del
país. Para este fin se aplicó una metodología cualitativa-interpretativa. El
método de investigación aplicado fue el estudio de caso y como técnica de
análisis de datos se utilizó el análisis crítico del discurso con base en los
fundamentos planteados por Van Dijk (2003) para entender las estructuras
lingüísticas de las narrativas y los discursos desde los cuales se construyó una
imagen de la migración venezolana como amenaza social para el país.
Palabras clave: migración,
análisis del discurso, migración venezolana
Abstract
This article analyzes the government narratives that
were produced regarding the Venezuelan migration process in Ecuador in the
period 2018-2020. During this period, the largest influx of Venezuelan migrants
into the country occurred and security narratives and control measures were
developed to regulate the entry of migrants. In this context, it is analyzed
how the Ecuadorian government discourse influenced the representation of
migrants as a threat to public order and to the social and economic well-being
of the country. For this purpose, a qualitative-interpretative methodology was
applied. The research method applied was the case study and as a data analysis
technique, critical discourse analysis was used based on the foundations
proposed by Van Dijk (2003) to understand the linguistic structures of the
statements and speeches from which an image of Venezuelan migration as a social
threat to the country was constructed.
Keywords: migration, discourse
analysis, Venezuelan migration
Introducción
Desde 2015, más de 7 millones de personas han
emigrado de Venezuela debido a la crisis política, económica y social existente
en el país (Organización Internacional para las Migraciones [OIM], 2024)[3]. Por
la rapidez en su desarrollo y su repercusión en el continente el proceso
migratorio venezolano se ha convertido hasta la fecha en “el mayor
desplazamiento de personas en América Latina” (Acosta, Blouin y Freier, 2019, p.
3). En el 2018 la crisis política y social de Venezuela se agudiza con una
situación de inflación económica, pobreza y escasez de productos de primera
necesidad. La crisis ocasionó una migración intrarregional hacia países de Suramérica
como Colombia, Perú y Ecuador debido a su cercanía geográfica. La situación
política y económica de estos países representaba para las personas migrantes la
mejor opción para recuperar una calidad de vida digna. Por este motivo, el
proceso migratorio venezolano se ha convertido en un tema recurrente en las
agendas políticas de los países de Suramérica (Oxfam, 2019).
En respuesta al proceso migratorio venezolano,
los gobiernos de los países de tránsito y acogida, en conjunto con
organizaciones internacionales y de la sociedad civil, han desarrollado
diversas iniciativas de atención social (Banco Mundial, 2020). Al mismo tiempo,
se han generado opiniones polarizadas de distintos actores sociales, algunos de
los cuales perciben a las personas migrantes como factores externos responsables
de la inseguridad, el desempleo y la saturación de los servicios sociales.
Estas opiniones refuerzan estereotipos e imaginarios sociales acerca de los/as
migrantes en las comunidades de acogida e influyen en los procesos de diálogo e
integración social (Ramírez, Linares y Useche, 2019).
Entre los principales países receptores de
migrantes se encuentra Ecuador. En el 2019, año en que se manifestó una gran
afluencia de migrantes, 360 mil personas venezolanas se establecieron en el
país (OIM, 2019). Esto se debe a una economía dolarizada y a la oportunidad de recibir
servicios de educación y atención médica gratuitos (Banco Mundial, 2020).
Asimismo, el país cuenta con un marco jurídico que establece deberes y derechos
para las personas migrantes, como el derecho a emigrar (art. 40 de la
Constitución) y la ciudadanía universal (art. 416 de la Constitución).
Los fundamentos constitucionales y leyes que reconocen
el derecho a la migración se establecieron bajo un discurso de “puertas
abiertas”, orientado a promover el desarrollo de una economía de mercado
transnacional y facilitar la negociación entre los países (Acosta y Freier,
2015). Sin embargo, a pesar de dichos principios, en Ecuador han ocurrido
contradicciones en el trato con las personas migrantes desde el 2015. Estas
tensiones se hicieron más evidentes en 2018, cuando el discurso gubernamental comenzó
a transitar de una postura de “puertas abiertas” hacia un enfoque de control
migratorio, debido a la afluencia de personas migrantes (Vásquez, 2020).
A través de los medios de comunicación y los discursos
gubernamentales, por medio del uso de generalizaciones y recursos lingüísticos se
representó a la migración como la causa principal de los problemas económicos,
sociales y seguritarios en Ecuador. Asimismo, se evocaron imágenes de
peligrosidad del proceso migratorio lo que generó una conceptualización de la
migración venezolana en la opinión pública como una amenaza social para el país
(cf. Golluscio et al., 2002).
El señalamiento de los migrantes como amenaza
social surge a través de un proceso de securitización en donde el tema
migratorio es señalado como una “amenaza existencial” para la nación. Al
respecto de la temática migratoria en Ecuador desde el 2015, bajo el mandato
del presidente Rafael Correa, se empiezan a ver contradicciones entre el
discurso y el trato con las personas migrantes, pero es a partir del 2018 durante
el avance del proceso migratorio venezolano que se “reactivó con mayor claridad
un discurso político antiinmigrante que incluye elementos xenófobos” (Vásquez,
2020, p. 294). Bajo el gobierno del
presidente Lenín Moreno Garcés, en 2018, se mantuvo un discurso liberal de
apertura hacia la migración, aunque con un gradual giro hacia la protección de
la soberanía nacional. Esto se refleja en las contradicciones que surgieron entre
el discurso compartido en la opinión pública y las políticas migratorias
aplicadas. Durante el periodo 2018-2020 se va configurando dentro del discurso
político una dualidad en la imagen de las personas migrantes venezolanas como “víctimas”
y como un “otro” diferente que puede convertirse en un factor de peligro para
la nación (Pugh y Moya, 2020).
En consecuencia, esta investigación tiene como
objetivo principal comprender cómo el discurso gubernamental contribuyó a la
representación de la migración venezolana como un factor de riesgo en Ecuador durante
el periodo comprendido entre 2018 y 2020. Como objetivo específico se busca
analizar las principales narrativas o enunciados presentes dentro de los discursos
del Gobierno ecuatoriano que incidieron en la imagen de las personas migrantes
venezolanas como un peligro para la nación. De esta forma, se pueden entender
los elementos clave presentes en el discurso gubernamental que incidieron en la
construcción de una imagen colectiva de la migración venezolana como factor de amenaza,
así como los términos y estructuras lingüísticas a evitar para la propagación
de una imagen negativa de los/as migrantes.
El estudio se desarrolla con base en una
metodología cualitativa-interpretativa, que permite una comprensión detallada
de la realidad, así como el estudio de significados (Guerrero Bejarano, 2016,
p. 2). El método de investigación es el estudio de caso que permite observar
los procesos sociales, estructuras y las variables que conforman un hecho
histórico dentro de su contexto real, en un periodo de tiempo determinado (Starman,
2013, p. 33). La técnica de análisis aplicada es el análisis crítico del
discurso, según Van Dijk (2003). Para ello, se examinan diferentes categorías
lingüísticas y semánticas que permiten entender la construcción de los
significados en los discursos gubernamentales. Entre estas categorías se
incluyen: el uso de verbos y adjetivos, las conjeturas preanalíticas, las
construcciones semánticas, la retórica utilizada y otras estructuras
discursivas que serán mencionadas y resumidas en el presente análisis. Como
técnica de recolección de datos se implementaron entrevistas semiestructuradas
y análisis de documentos primarios y secundarios para obtener una triangulación
de datos sobre la problemática estudiada.
Para este estudio se recopilaron un total de 20
discursos gubernamentales correspondientes al periodo de 2018 a 2020. Estos discursos estaban disponibles en la
página web de la presidencia de la República durante dicho periodo (www.presidencia.gob.ec). Actualmente, los discursos se pueden
visualizar en el repositorio de Internet Archive, que sirve como respaldo
(https://web.archive.org/). De los 20 discursos recopilados se seleccionan
y analizan 8 de ellos, junto con los Decretos Ejecutivos
correspondientes. Este corpus se seleccionó como documentos primarios debido a
su mención del proceso migratorio venezolano en un contexto de aplicación de políticas
migratorias. A su vez, dichos discursos están relacionados con acontecimientos
políticos y sociales de relevancia en Ecuador. Los discursos analizados fueron
transmitidos y transcritos por diversos medios de comunicación, por lo que en
este estudio se incluyen enlaces de medios de comunicación nacionales para facilitar
el acceso a los mismos.
De igual forma, se realizaron un total de 19 entrevistas
semiestructuradas a diferentes actores políticos y sociales del Ecuador, tales como
funcionarios del Poder Ejecutivo nacional que formaron parte del Ministerio de
Relaciones Exteriores y de Seguridad durante el periodo de estudio. También se
entrevistó a activistas venezolanos, organizaciones internacionales y
representantes de la sociedad civil organizada. El aporte académico de esta
investigación es significativo, ya que, aunque existen estudios sobre los
discursos de los medios de comunicación respecto al proceso migratorio
venezolano en Ecuador son pocos los que abordan, desde el análisis crítico del
discurso, cómo los discursos gubernamentales inciden en la construcción de la
percepción de la migración como amenaza social.
Marco
conceptual
El análisis de esta investigación se centra en los
estudios de paz y conflicto y los estudios de seguridad. Los estudios de paz y
conflicto en este estudio permiten entender las consecuencias de la aplicación
de los tipos de violencia cultural, directa y estructural presentes dentro del
proceso migratorio venezolano. En esta investigación se mencionan factores como
la aporofobia, la exclusión y la discriminación que fomentan la violencia
cultural y dificultan la consolidación de una cultura de paz en los países de acogida
(Mora, 2009). A su vez, los estudios de seguridad permitirán entender la
securitización del proceso migratorio venezolano en Ecuador y la construcción
de las percepciones de peligrosidad que recaen en dicha población. En este
sentido, los estudios de seguridad permiten comprender “los procesos
discursivos mediante los cuales un tema se securitiza o desecuritiza en la
opinión pública cambiando el lenguaje performativo que los construye en
términos de peligro y amenaza” (Lynch, 2013, p. 45).
Este análisis está enmarcado en la perspectiva
teórica del constructivismo que permite analizar cómo las ideas, los
significados, las interacciones entre los actores sociales y las prácticas
discursivas son indispensables en la construcción de las percepciones sociales.
Asimismo, el constructivismo da importancia a las estructuras normativas en la
comprensión de los fenómenos sociales (Agius, 2013, p. 71). Bajo este enfoque
teórico la realidad es socialmente construida a través del lenguaje utilizado y
no solo una realidad material dada. En el constructivismo “a través de la
intersubjetividad del lenguaje y sus significados compartidos el orden social
es creado” (Kratochwil, 2015, p. 33). Desde esta perspectiva se entiende la
construcción de identidades individuales y colectivas. Los actores sociales
adquieren identidades desde el autoconocimiento de sí mismos y desde el
intercambio de ideas e intereses compartidos con un “otro” diferente (Wendt,
2003). Es decir, que las identidades se desarrollan a través de “significados
colectivos desarrollados de forma enteramente relacional” (Wendt, 1992, p.
398). En el caso de estudio, el Gobierno central mantiene su identidad como
protector de los valores de la nación mientras que los/as migrantes son
enmarcados bajo una visión de un “otro” diferente que es considerado un
elemento externo al Estado-nación.
Por su parte, la teoría de la securitización
permite entender cómo un asunto público que no suele ser politizado pasa a ser
considerado como una “amenaza existencial” para el Estado. En consecuencia, los
temas considerados como amenazas son tratados “por medio de medidas de
emergencia, fuera de los límites normales del procedimiento político” (Buzan,
Wæver y De Wilde, 1998, p. 23). La teoría de la securitización permitirá
comprender cómo se construye la representación del proceso migratorio
venezolano como amenaza social a través del análisis de lo que en teoría del
lenguaje se conoce como “actos del habla” producidos por medio de los discursos
(Buzan et al., 1998, p. 26). Desde esta teoría, los agentes securitizadores suelen
ser líderes políticos con gran influencia en la opinión pública, quienes intentan
legitimar, por medio del uso de un lenguaje retórico, medidas de control como
única respuesta posible ante una amenaza. La amenaza promovida a través de enunciados
se dirige hacia un objeto referente, que en este caso sería el Estado-nación. La
audiencia legitima los movimientos de securitización de los agentes cuando
acepta los significados construidos alrededor de un tema (Verdes, 2015). De
esta manera, los gobiernos justifican su accionar político y seguritario como
medidas necesarias para afrontar un peligro y proteger la estabilidad nacional.
Sin un discurso securitizador las acciones de los gobiernos perderían legitimidad
en la opinión pública y serían consideradas fuera del marco político vigente. A
su vez, desde la securitización se define la defensa de una identidad
colectiva, representada por el cuerpo de la nación, frente a grupos externos al
Estado-nación (Buzan et al., 1998, p. 131). La teoría de la securitización
permite comprender cómo, a través del lenguaje, la identidad de un grupo externo
a la identidad colectiva de la nación puede ser construida como una amenaza. En este marco, la securitización establece una
oposición entre la identidad del “nosotros” nacionalista frente a una identidad
alterna o de un “otro” diferente, que sería la migración. Esto se debe a que cualquier
cambio o desafío puede considerarse invasivo y representarse como una amenaza
al orden establecido (Buzan et al., 1998, p. 123).
Dentro de los conceptos de paz y conflicto la
tipología del triángulo de la violencia de Johan Galtung (2010), permite
entender los conflictos que surgen a partir de la presencia del proceso
migratorio venezolano en Ecuador. Dentro de los tipos de violencia se encuentra
la violencia directa que se relaciona con la violencia física y psicológica
aplicada a un individuo o grupo de personas como forma de intimidación. Por su
parte la violencia estructural hace referencia a las condiciones de explotación
y desigualdad social en un grupo o colectividad (Galtung, 2010). Por último, la
violencia cultural hace referencia a los prejuicios, la discriminación y los
estigmas que sufren las personas debido a su idioma, lenguaje, nacionalidad,
religión, ideología y expresiones artísticas. Este tipo de violencia busca
legitimar o justificar las formas de violencia anteriores y se puede reproducir
por medio de discursos, slogans o símbolos. Estos tipos de violencia se
perpetúan debido a las dinámicas sociales que generan diferencia y rechazo. El
análisis de los tipos de violencia permite identificar los desafíos del proceso
migratorio venezolano con la finalidad de promover una cultura de paz.
De esta manera se busca reconstruir las identidades colectivas que se generan de
las personas migrantes para fomentar una convivencia pacífica en las comunidades
de acogida. El respeto hacia los/as migrantes es fundamental para reconocerlos como
agentes activos que pueden aportar de forma positiva al bienestar social y
económico de las personas y del territorio que les recibe (Reynoso, 2009).
Antecedentes de la situación sociopolítica del
Ecuador y características de la migración venezolana
En Venezuela, en la década del 2000, comienza un
proceso migratorio de venezolanos hacia Estados Unidos y los países de Europa,
como consecuencia de las tensiones políticas y sociales que surgieron durante
el mandato del presidente Hugo Chávez. Esta primera etapa migratoria se
caracterizó por estar compuesta por personas de altos recursos económicos que
decidieron emigrar por su disidencia con las políticas aplicadas por el gobierno
(Páez y Vivas, 2017). A mediados del
2012 inicia la crisis económica en el país debido a la falta de diversificación
económica, controles de cambio monetario y la dependencia petrolera, lo que inició
la escasez de productos básicos de primera necesidad. En este año surge una
segunda etapa de migración caracterizada por una población de diferentes
niveles socioeconómicos. Estados Unidos y los países europeos se mantuvieron
como principales destinos, aunque empieza a producirse una migración
intrarregional a países cercanos (Ripoll et al., 2018).
En el 2015 comienza la etapa de mayor afluencia
de migrantes a países de Suramérica. En esta etapa las personas inician una
migración forzada debido a la gravedad de la crisis económica y política del
país, y al estado de inseguridad e hiperinflación que continúa en el periodo de
estudio (Páez y Vivas, 2017). En Ecuador, es en el 2018 cuando se observa la
mayor afluencia de migrantes venezolanos. En dicho periodo, una gran parte de
las personas que arribaron al país andino llegaron en condiciones de vulnerabilidad
y se vieron obligadas a desplazarse de forma involuntaria, debido a la falta de
políticas públicas y garantías democráticas en Venezuela (Niño Arguelles, Álvarez
Santana y Giovanni Locatelli, 2020). Dicha población, en su mayoría, llegaron
caminando hacia las ciudades fronterizas de Ecuador. Estas condiciones hicieron
a la población venezolana más propensa a sufrir de expresiones de aporofobia o
miedo al migrante que llega en situación de vulnerabilidad económica. Debido a la
situación socioeconómica de las personas migrantes y las condiciones de riesgo
que enfrentaban se crearon estereotipos alrededor de ellas como portadoras de
enfermedades y como riesgos a la seguridad y bienestar del país (Célleri Endara,
2023).
A su vez, las políticas migratorias aplicadas en
Ecuador desde el 2018 surgieron en un contexto de conflicto en las zonas
fronterizas. Durante el periodo de posacuerdo de paz en Colombia, grupos
armados de las disidencias de las FARC se enfrentaron con las fuerzas armadas
nacionales de Ecuador por el control del territorio de la frontera entre ambos
países. Las disidencias ocasionaron varios ataques armados en zonas fronterizas
de Ecuador, así como el lamentable asesinato de 5 personas ecuatorianas, entre
ellas 3 personas del equipo periodístico del diario El Comercio, quienes fueron
secuestrados y asesinados mientras realizaban su labor periodística. Fue dentro
de este contexto de conflicto que la migración irregular se enmarcó como una
amenaza a la seguridad del país (Célleri Endara y Pérez Enríquez, 2019, p. 104).
Es a partir de la proclamación de estado de
emergencia en las provincias de El Carchi, El Oro y Pichincha que desde el
Gobierno se comienzan a desarrollar políticas bajo una perspectiva de control y
seguridad (véase Ramírez, Linares y Useche, 2019). El periodo analizado
(2018-2020) se caracterizó por la implementación de políticas restrictivas
hacia la población venezolana, como la aplicación del pedido de pasaporte con
una vigencia mínima de 6 meses para ingresar al país y la iniciativa de visa de
residencia temporal por razones humanitarias para venezolanos, conocida como
visa Verhu.
Esta iniciativa de visado fue criticada por
presentar contradicciones con su categoría “humanitaria” ya que no representaba
medidas de protección adicionales para la población venezolana en el país, sino
“barreras para el ingreso” (Freier, 2019, p. 1). Según un exfuncionario
gubernamental este tipo de visado se considera una de las primeras iniciativas
implementadas para ejercer el derecho a la identidad de las personas migrantes
venezolanas en su ingreso al Ecuador (Participante 1, comunicación personal, febrero
de 2021).
Migrantes
y orden público: ¿Un vínculo con la inseguridad?
Durante el periodo 2018-2020 desde los discursos
gubernamentales se señaló al proceso migratorio venezolano desde una
perspectiva humanitaria. Las personas migrantes fueron caracterizadas como
víctimas que huyen de un sistema político autoritario. Al mismo tiempo, se produjeron
discursos humanitarios de expiación, en los cuales las personas migrantes empiezan
a ser consideradas una amenaza al orden político, social y económico del país (Pereira,
2019 citado en Ramírez, 2020). En este sentido, se dio una dualidad en la imagen
de las personas migrantes al enmarcarlos como “hermanos” que huyen del régimen
de Nicolás Maduro y como un riesgo para la seguridad del país. En relación con
lo anterior, un capítulo relevante en este cambio de discurso se observó el 19
de enero de 2019, frente al lamentable homicidio en la ciudad de Ibarra de
Diana Carolina R., una ciudadana ecuatoriana asesinada a manos de su pareja
venezolana. Frente al acontecimiento el presidente Lenín Moreno anunció vía la
red social X (antiguo Twitter) la creación de brigadas para controlar la
presencia de migrantes en el país:
¡Todos somos Diana!
Ecuador es y será un país de paz. No permitiré
que ningún antisocial nos la arrebate.
La integridad de nuestras madres, hijas y
compañeras es mi prioridad. He dispuesto la
conformación inmediata de brigadas para controlar
la situación legal de los inmigrantes
venezolanos en las calles, en los lugares de
trabajo y en la frontera. Analizamos la
posibilidad de crear un permiso especial de
ingreso al país.
Les hemos abierto las puertas, pero no
sacrificaremos la seguridad de nadie. Es deber
de la Policía actuar duramente contra la
delincuencia y el crimen, y tienen mi respaldo.
Aplicaremos todo el peso de la ley a quienes no
hicieron nada ante la violencia, la
injusticia y el ejercicio criminal del poder[4].
En este caso, se puede observar el uso de una
estructura narrativa que denota identidades construidas acerca de los sujetos
mencionados en el discurso. Una es la identidad del “nosotros” nacional, a
partir de la expresión “Todos somos Diana”, que incluye al cuerpo de la nación
y la identidad de un “otro” diferente, aquella de los “inmigrantes venezolanos”,
que denota un miedo y necesidad de control hacia este grupo de personas, como
una comunidad peligrosa. De esta manera, hechos aislados de violencia sirvieron
para generalizar al proceso migratorio venezolano como un factor de peligro
para el país. Desde la teoría de la securitización el proceso migratorio se
enmarcó como una amenaza existencial, por lo cual se necesitaban medidas de
emergencia para combatirlo. Estas medidas se implementaron con el posterior
pedido de pasaporte con una vigencia mínima de 6 meses y una iniciativa de
visado para el ingreso al país.
En días siguientes, el 22 de enero de 2019, el presidente
Lenín Moreno durante su discurso en el Foro Económico Mundial señaló que cuando
él mencionó la conformación de brigadas se refería a unas brigadas
interdisciplinarias, para verificar que se cumplieran con las condiciones
laborales adecuadas de contratación de personas migrantes. Añadió que para el
país era preocupante el ingreso de “hermanos migrantes sin documentación”[5]. Estos
enunciados muestran un intento del presidente por corregir la narrativa que se
promovió en su primer discurso durante los sucesos en Ibarra. En el segundo
discurso vuelve a hacer uso de un discurso más cercano, más conciliador. Destacó
su preocupación por las condiciones laborales de las personas migrantes, pero
esto no lo mencionó en su primer comunicado. A su vez, en el segundo discurso menciona
la condición de ilegalidad de las personas migrantes como un desafío a
afrontar.
En este
sentido, se observa el regreso a un discurso humanitario de prevención, que
señala a los/as migrantes como víctimas y como un riesgo para la nación. Esto
con el objetivo de obtener el apoyo y la aceptación del organismo internacional
que lo recibía (véase Pereira, 2019, citado en Ramírez, 2019, p. 3). Aquí se
puede ver el cambio de discurso según el contexto político en el que se
presenta. En este sentido, durante una alocución hecha dentro del país el
discurso se caracteriza por ser un discurso humanitario de expiación, con mayores
rasgos de securitización. Mientras que en un contexto internacional el discurso
tiene un enfoque más humanitario.
Según un funcionario del Ministerio de Gobierno
durante el periodo de estudio, las reacciones xenófobas aumentaban cuando un
extranjero incurría en delitos. Sin embargo, en el caso venezolano estas
expresiones no concordaban con la realidad reflejada en los datos estadísticos.
Asimismo, mencionó que, para el 2019 el 94% de los detenidos en el sistema
penitenciario eran ecuatorianos, mientras que el 3% eran de origen venezolano (Participante
2, comunicación personal, febrero de 2021). Esto coincide con los datos
compartidos por el Ministerio del Interior sobre las personas detenidas en 2019[6]. En
este sentido, los datos estadísticos demuestran que la delincuencia no era una
acción que definiera el accionar de las personas venezolanas en Ecuador.
Visa
Verhu y políticas de control migratorio
Durante la conmemoración del 484 aniversario de
la fundación de la ciudad de Guayaquil, el 25 de julio de 2019, el presidente Lenín
Moreno anunció la firma del Decreto 826, con el propósito de crear la visa de ingreso
y residencia temporal por razones humanitarias, visa Verhu. En su discurso expresó:
Como todos sabemos hemos recibido con los brazos
abiertos a cientos de miles de hermanos venezolanos (…) Según las Naciones
Unidas los migrantes venezolanos en Ecuador llegarán, óiganme bien, a fin de
año a la cifra de 500 mil (…) Un gobierno responsable no puede, no debe cerrar
los ojos frente a los severos desafíos que esto supone, para nuestro país por
supuesto. En términos presupuestarios, de servicios públicos, de incorporación
al mercado laboral, de convivencia y seguridad. Como jefe de Estado es mi deber
tomar decisiones que garanticen orden y seguridad para los ecuatorianos y también
para los migrantes, con pleno respeto a sus derechos (…) Compatriotas: cada vez
que veamos a un hermano venezolano procurando subsistir, tratando de alimentar
a su familia, ¡no olvidemos que íbamos por ese camino! ¡Allá íbamos, allá
íbamos! ¡En buena hora lo evitamos! Íbamos a ser Venezuela. Y no podemos volver
¡nunca más!, a ese punto de irresponsabilidad, de derroche, de descomposición,
de corrupción y de decadencia.[7] (Moreno,
2019, minuto 23:37).
En su alocución el presidente resaltó una actitud
de apertura hacia los/as migrantes al mencionar que han sido recibidos/as con
los “brazos abiertos”. Esto con la finalidad de resaltar el accionar
humanitario del Gobierno. En este sentido, destaca un aspecto del proceso de securitización
en su discurso, ya que hace énfasis en el costo del proceso migratorio para el
país en relación con una variedad de desafíos en integración, servicios
sociales y seguridad. Esta es una estrategia narrativa general en los discursos
basada en la representación de la migración como problema, para legitimar y
justificar mayores medidas de control migratorio y seguridad (Van Dijk, 2009). En su discurso hace énfasis en las políticas
de control migratorio del Gobierno como parte de su misión de proteger la
seguridad y el orden del país. Así, el discurso se hace “operativo”, se
materializa, ya que se ponen en práctica medidas de control, que en el contexto
social anunciado se consideran necesarias (Fairclough, 2023, p. 4).
De igual forma, el presidente resaltó los retos de
la migración al utilizar adjetivos como “severos” desafíos, para señalar el
grado de preocupación que debería tener la ciudadanía frente al fenómeno
migratorio. Con base en la teoría de la securitización el Gobierno promulgó
actos del habla, a través de sus enunciados con los cuales justificó la
aplicación de medidas de seguridad extraordinarias para abordar el tema
migratorio. Al anunciar un proceso que “regulariza” a los/as migrantes que se
encuentran en el país “y que no han violado la ley” se describe a dicha
población desde un núcleo de legalidad/ilegalidad. De esta manera, se
representa a la “migración y criminalidad bajo la fórmula causa y efecto”
(Casero Ripollés, 2007, p. 12).
A su vez, señaló que desde el Gobierno todo se
realizó con un “gran sentido humanitario” y que se ha mostrado “una gran
solidaridad”. Así se presenta primero una “autopresentación positiva” de la
identidad del “nosotros” nacionalista para producir a continuación una
discusión negativa “cuando se refiera a la caracterización de los ‘otros’ o a
la legitimación de otras restricciones para la inmigración” (Van Dijk, 2003, p.
201). Al comentar que las reformas se realizaban “primero por el bienestar de
los ecuatorianos”, se resaltó una imagen del Gobierno como protector de los
valores e intereses del Estado-nación.
De esta forma, las políticas de control, los
textos y los discursos políticos se legitiman entre sí y plantean el desarrollo
de una realidad discursiva, en tanto que representan cómo desde el Gobierno
central se interpreta la movilidad de las personas venezolanas (véase Zapata
Barrero y Van Dijk, 2007). Se puede observar desde el análisis crítico del
discurso cómo se genera una intertextualidad, ya que el pedido de
regularización y control migratorio es una iniciativa que se mantuvo en
anteriores discursos, como en el caso del comunicado del presidente por los
hechos ocurridos en Ibarra. De este modo, se presenta el tema del visado como
una promesa cumplida por parte del Gobierno a la ciudadanía.
En esta línea del análisis, cuando el presidente
menciona “íbamos a ser Venezuela” y “a buena hora lo evitamos” se presenta una
“venezolanización del discurso” (Vázquez, 2020, p. 296). Esto debido a que el presidente
señaló a la migración venezolana como ejemplo del fracaso del socialismo del
siglo XXI[8] y
como una forma de justificar las reformas económicas y políticas que realizó su
Gobierno en el marco de un giro político neoliberal. De esta forma, se
resaltaban las políticas gubernamentales como una medida para evitar que
Ecuador entrara en una situación de crisis económica y social como Venezuela.
Desde el 29 de agosto del 2019 hasta el 13 de
agosto de 2020 las personas venezolanas tuvieron la oportunidad de acceder a la
visa Verhu para regular su estatus migratorio. En el contexto del COVID 19 el
Gobierno ecuatoriano decidió proclamar un estado de excepción. Durante la
pandemia el Gobierno concedió una extensión del plazo disponible para sacar las
visas. Los días adicionales serían válidos al finalizar el estado de excepción,
pero en la práctica el rango de tiempo para sacar la visa finalizó el mismo día
que el estado de excepción (Regalado, D., comunicación personal, diciembre de
2020). Esto también provocó una contradicción en la categoría “humanitaria” de
la visa, ya que en el contexto de pandemia muchas personas ecuatorianas y
migrantes perdieron sus trabajos y era necesario contar con una extensión de tiempo
para que los/as migrantes pudieran pagar el costo del formulario de solicitud
de visa. Al respecto, para la fecha, documentos como los antecedentes penales
apostillados o legalizados, necesarios para la visa, eran muy difíciles de
conseguir por procedimientos burocráticos del gobierno venezolano, lo que
ocasionó que una gran cantidad de personas migrantes quedara en condición
irregular (Jaramillo y Santi, 2021).
La
ideología en el discurso gubernamental
Del 2 al 13 de octubre de 2019 se presentaron una
serie de protestas en Ecuador debido a la eliminación del subsidio al
combustible, la precarización del trabajo y las reformas económicas en el marco
de acuerdos del Gobierno con el Foro Monetario Internacional (FMI). En este
contexto, la ministra de Gobierno, María Paula Romo emitió el siguiente comunicado:
“Diecisiete detenidos en el aeropuerto de Quito esta mañana. La mayoría de
ellos venezolanos. En su poder información sobre la movilización del presidente
y vicepresidente. #ESTONOESUNPARO”[9].
De forma sucesiva, el vicepresidente de la
República, Otto Sonnenholzner, en sus pronunciamientos añadió: “No quiero
ponerle nacionalidad al delito, pero hay una clara participación de ciudadanos
extranjeros”[10]. En su discurso anunció
que había infiltrados en las protestas “del país del señor de los bigotes”, refiriéndose
al gobernante venezolano, Nicolás Maduro.
Aspectos positivos de la identidad de
“Nosotros” |
Aspectos negativos de la identidad de “Ellos” |
Se resalta el control migratorio, la captura de
extranjeros como el aspecto fundamental de la defensa y estabilidad de la
nación en una situación de protesta social. |
Situación de ilegalidad. Expresiones precisas
sobre “lo malo” de la migración. La nacionalidad se vincula con la
criminalidad con base en presunciones. |
Aspectos negativos atenuados o mitigados de la
identidad de “Nosotros” |
Aspectos positivos mitigados de “Ellos” |
Se evaden razones o pruebas de detención. Expresiones ambiguas o difusas sobre “lo malo”
o los aspectos a mejorar del accionar político. Se hacen fuertes acusaciones
sin seguimiento de corroborar la información para la opinión pública. Se evaden las peticiones populares dentro de la
coyuntura política. |
No se profundiza en el rol que cumplían los
inmigrantes en el aeropuerto al momento de ser detenidos, cómo ejercen su
trabajo en el aeropuerto. Se evaden las características positivas, las
historias de vida de las personas migrantes. Se evaden las contribuciones económicas de las
personas migrantes. |
Figura 1. Cuadrado ideológico sobre los aspectos
narrativos que configuran la identidad colectiva del “Nosotros” frente a
“ellos”. Fuente: elaboración propia. Cuadrado realizado a partir del modelo de
Van Dijk (2003).
Según el análisis propuesto con
base en el cuadrado ideológico de Van Dijk (2003) se puede observar cómo se
vincula la nacionalidad de una población a un estado de criminalidad y
desestabilización para causar una polarización entre la identidad del
“nosotros” (la población local) y la identidad de “ellos” migrantes. De esta
forma, se simplificaron las causas de la protesta social a intentos de saqueo e
inestabilidad atribuidos a una nacionalidad. Al respecto, en 2019, en un
contexto político y social que estuvo marcado por expresiones xenófobas contra
la población migrante venezolana, se señaló a la migración como alternativa
para redirigir el descontento popular hacia una narrativa de complot e
ingobernabilidad. Así se evaden las causas de la violencia estructural o
condiciones de desigualdad que la población local experimenta para generar un
enemigo externo (véase Buzan et al., 1998). Esta es una estrategia ideológica que
se construye desde una identidad del “nosotros” nacionalista versus la
identidad de un “otro” migrante, como grupo externo a la nación.
La situación de inestabilidad social produce
condiciones de vulnerabilidad que permiten la securitización del proceso
migratorio venezolano en la opinión pública. Esto ocurre porque un estado de
inestabilidad social en el país genera una actitud de intolerancia de la
población local frente a la población migrante. En consecuencia, la población
local puede pensar que los/as migrantes tienen la culpa del deterioro de sus
condiciones de vida.
En los discursos de las
autoridades gubernamentales también se presenta una sinonimia en el uso de la
palabra “extranjero” ya que sale del uso convencional que tiene el término para
vincular su significado a un “otro” que busca producir una inestabilidad social
y política en la nación (Verdes, 2015). Del mismo modo, a partir del análisis
se puede ver cómo medios de comunicación como El Comercio y El
Universo, los diarios más reconocidos del Ecuador amplificaron la voz de
los líderes políticos, como agentes securitizadores, como voces que tienen
mayor legitimidad para formular la noticia. Mientras se amplificaron las voces
gubernamentales, las voces de las personas migrantes quedaron en un segundo
plano o invisibilizadas, lo que dio más fuerza y convicción en la opinión
pública a la voz más influyente (Van Dijk, 2009).
A través del discurso político se
simplificó una situación de inestabilidad social a la presencia de un enemigo
externo, que en este caso se presentó como la migración venezolana. Un asunto
por comparar en el análisis es que en el gobierno de Rafael Correa (2007-2017),
el enemigo externo fue el “imperialismo estadounidense” y las personas
migrantes que defendían frente a la opinión pública algún tipo de oposición a
su gobierno (Pugh, 2017). En el caso del Gobierno de Lenín Moreno desde el
discurso el enemigo externo fueron los/as migrantes venezolanos considerados
agentes de desestabilización e inseguridad enviados por el gobierno de Nicolás
Maduro. En este sentido, el concepto de enemigo cambió según el proyecto
político vigente, al pasar de un sistema “socialista” a uno “neoliberal”.
Según De la Torre (2012) Rafael
Correa, durante su periodo presidencial, promovió en sus discursos elementos
vinculados al socialismo del siglo XXI[11],
como la lucha por la justicia social y el fortalecimiento del papel del Estado
en el control de los recursos y la economía del país. Este discurso
estuvo influido por los gobiernos de izquierda vigentes en Suramérica,
especialmente del gobierno de Hugo Chávez Frías en Venezuela. Por su parte,
Frieiro y Sánchez (2021) plantean que el expresidente Lenín Moreno implementó
un ajuste estructural de las políticas públicas, al adoptar un modelo político
y económico neoliberal. Esto a través de medidas como la aplicación de reformas
laborales, la eliminación del subsidio a los combustibles y la disminución del
gasto público que respondían a acuerdos con el FMI. Aunque en sus discursos
Moreno no se autodenominó neoliberal, su gestión fue considerara como un giro
hacia el neoliberalismo por parte de organizaciones sindicales y movimientos
sociales como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE)
(Le Quang, Chávez y Vizuete, 2020).
Migración venezolana:
Percepciones sobre su impacto en el bienestar social del país
La persona migrante es comúnmente
enmarcada en los medios de comunicación y en los discursos políticos como un gasto
para la nación, como un grupo de personas que necesitan de asistencia del
Estado (Oxfam, 2019). Por este motivo, en la siguiente sección se analizan los
discursos gubernamentales que presentaron al proceso migratorio venezolano como
un factor que afecta al bienestar socioeconómico del país. En este contexto,
resulta pertinente mencionar un discurso de 2018 que establece un antecedente
clave. El 23 de noviembre de 2018 el viceministro de Movilidad Humana de
Ecuador, Santiago Chávez, durante la Segunda Reunión Técnica Internacional sobre
Movilidad Humana señaló que se necesitaban 550 millones de dólares para la
atención social al proceso migratorio venezolano. En su declaración indicó que dicha
cantidad era necesaria para cubrir las necesidades de la población migrante en
materia de servicios sociales como: salud, educación, vivienda e inserción
laboral[12].
Al respecto, en su discurso, el viceministro no
planteó qué programas de inserción laboral se utilizarían para lograr la
integración social de los/as migrantes, lo que representaba una iniciativa
urgente tanto para la población migrante como la población local. La
situación de empleo en Ecuador para el 2019 según el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos indicaba que más de un 46.7% de la población
económicamente activa trabajaba en el sector informal, mientras que un 46.5%
contaba con un empleo formal[13].
En Ecuador para el periodo de estudio existían alianzas con organizaciones
gubernamentales y de la sociedad civil en atención legal, de salud y alimentación
a migrantes, pero muy pocos programas que plantearan una integración laboral a
largo plazo. Esta es una iniciativa necesaria que podría generar el aumento del
PIB. Al respecto, en el 2019 menos del 1% de la población venezolana en Ecuador
contaba con un trabajo formal (Banco Mundial, 2020, p. 27).
En esta misma línea, el 16 de
julio de 2019, durante su participación en la sesión inaugural de la Asamblea
de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el presidente
Lenín Moreno habló sobre la migración venezolana en el país y el costo que
representaba para el Estado[14].
En su discurso mencionó que “en Ecuador ya viven más de 500 mil
venezolanos, eso tiene para nosotros un costo cercano a los 500 millones de
dólares al año. Actualmente entran a Ecuador diariamente 3 000 nuevos hermanos
venezolanos”[15](Moreno,
2019).
Al respecto, en el discurso se
enmarcó a la migración desde su condición de “llegada”. Al señalar que “entran
a Ecuador diariamente 3 000 nuevos hermanos venezolanos” se produce en la
audiencia receptora de los mensajes una percepción de “invasión” de la
inmigración en el país y se despersonaliza a los/as migrantes. Al enmarcar a
las personas migrantes como “migración masiva”, “apocalíptica”, los migrantes
pasan a ser un conjunto de números, de estadísticas, sin enmarcar la vida de
los migrantes como familias en peligro, o sin entender los retos que tienen en
el camino.
El discurso no apuntó a las
posibilidades o programas existentes desde el Gobierno y a los esfuerzos con
las organizaciones de la sociedad civil para promover una integración social de
las personas migrantes. El presidente planteó los costos de la migración, sin
comentar el aporte que han realizado los/as migrantes para el desarrollo
económico del país. Según un exfuncionario de la cancillería ecuatoriana: “Si
no se ponen las cosas en equilibrio, se genera una reacción que simplemente va
a ser nociva” (Participante 1, comunicación personal, febrero 2021). En este
sentido, si en el discurso no se plantea el aporte de las personas migrantes a
la economía, la población local tiende a percibir que el Estado les quita recursos
del gasto público nacional para orientarlos hacia los/as inmigrantes. Al
respecto, el estudio realizado por Licheri y Guerrero (2024) establece que los
ingresos económicos que aportan las personas migrantes venezolanas junto con los
recursos provenientes de mecanismos de cooperación internacional significó un
balance fiscal positivo en Ecuador. Esto se deriva del pago de impuestos, del consumo
de alimentos y el pago de servicios como arriendo, educación y transporte por
parte de las personas migrantes. A su vez, los/as migrantes han aportado en el desarrollo
de empleos y creación de bienes y servicios (pág. 4).
Aunque la atención a las personas
migrantes ha requerido de ciertos recursos del gasto público nacional, el
impacto fiscal ha sido mitigado gracias al balance que ofrece el aporte directo
de las personas migrantes y el apoyo de la cooperación internacional. Según
una entrevista realizada a una representante de la organización de acción
social Cáritas, es importante en el discurso gubernamental explicar a la nación
los gastos corrientes, gastos de emergencia y si está recibiendo apoyo económico
por parte de las organizaciones intergubernamentales o de sociedad civil para
la atención a los procesos migratorios. Esto con la finalidad de presentar los
retos que pueden surgir frente a procesos migratorios nuevos de una forma
equilibrada en la opinión pública, como muestra de un trabajo conjunto entre
distintas organizaciones. De esta manera, se evita generar preocupación en la
población local sobre su acceso a los servicios públicos (Claudia, comunicación
personal, junio de 2021).
Según el abogado Guillermo Rovayo
la política pública en atención a los habitantes de Ecuador no puede concebirse
según “metros cuadrados”, remarcando diferencias entre la cantidad de migrantes
y población local. Cualquier proyecto de desarrollo social e integración en
servicios públicos debe abarcar la totalidad de la población de Ecuador, sin diferencias
entre población local e inmigrante, bajo un enfoque de derechos para servicios
en educación, salud y seguridad social (Rovayo, G., comunicación personal,
marzo 2021).
A su vez, en el discurso
gubernamental no se ofrecieron indicadores estadísticos o parámetros para
entender por qué se definía la cantidad de 500 millones para la atención al
proceso migratorio venezolano. Esto crea contradicciones en el discurso. Al
respecto, en la audiencia pública de la Comisión Interamericana de los Derechos
Humanos (CIDH) realizada en marzo de 2020, funcionarios de la Cancillería
Ecuatoriana compartieron frente a representantes de organizaciones de la
sociedad civil datos sobre el impacto fiscal de la migración venezolana en el país.
En este aspecto, comentaron que en el 2018 el impacto fiscal por atención a las
personas venezolanas fue de 90 millones, y que, para el periodo siguiente,
2019, 2020, 2021 se previó un gasto anual de 150 millones[16].
Asimismo, estudios realizados por el Banco
Mundial y la Plataforma de Coordinación Regional para Migrantes y Refugiados
Venezolanos (R4V), ubicaron una cifra anual de gasto público en protección
social de las personas migrantes de entre 80 y 90 millones para el periodo
2019-2021. En este sentido, se presentan disparidades en la información
compartida a partir del discurso gubernamental, lo que causa preocupación en la
audiencia que escucha y atiende a los enunciados del Gobierno sobre el
desarrollo de la migración si se presenta a este proceso de manera simplificada
bajo una perspectiva de costos. [17]
En el discurso gubernamental
también se señaló la relación de la migración con problemas de salud pública.
Esto se puede observar en el siguiente discurso:
“En Ecuador estamos recibiendo diariamente a –al
menos– seis mil hermanos venezolanos. Los niños llegan con sarampión, con
difteria, con poliomielitis; mujeres embarazadas que nunca se han hecho un
control (…). Hemos destinado más de 50 mil vacunas para esos bellos e indefensos
niños. Y hemos realizado miles de chequeos de salud a los más de 1 millón de
hermanos, que han dejado sus hogares para buscar mejor suerte, en la mayor
diáspora de la historia de nuestro continente[18].
Al anunciar con enfermedades como sarampión y
difteria se presenta a la población migrante, sobre todo a los niños, niñas y
adolescentes como un foco de contagio para la población local. Esto funciona
como una categorización de las personas migrantes como vectores de contagio que
“desestabilizan la armonía social y traen patologías externas” (Ordoñez y
Ramírez, 2019, p. 50). De esta manera ocurre una homogenización de la población
migrante como población de riesgo. Aunque para la fecha había un rebrote de
dichas enfermedades en Suramérica[19]
la población venezolana suele ser una población joven, mayormente sana y en
edad para insertarse en el sistema productivo (OIM, 2020).
El discurso, de manera
recurrente, presenta un análisis sobre los/as migrantes desde tópicos discursivos
de peligrosidad, como un elemento de invasión al territorio y como factores de
contagio. Al usar verbos de movimiento que dan alusión a una situación de
“llegada” de los migrantes se concibe en la población local al migrante como un
individuo extraño que llega, sin fomentar el entendimiento y análisis de los
aportes que el migrante puede brindar durante su estadía en el país de acogida.
Ver la migración de una forma simplificada facilita la aplicación de políticas
de seguridad y procedimientos jurídicos para facilitar el control de las
“llegadas” (Domenech et al., 2023). Al respecto, en el siguiente cuadro de
resumen se pueden observar las diferentes categorías discursivas analizadas en
los discursos y en el aspecto de bienestar social:
Migrantes y gasto público nacional |
Riesgos a la salud |
Situación de empleo (mención en el discurso) |
Adjetivo utilizado: migración “apocalíptica” (invasión). Cantidades:
costos altos “Nos (pronombre) solidarizamos”. |
Verbos: “los niños llegan”à Control migratorio |
Adjetivo utilizado: “país solidario”. |
Construcciones semánticas: Migración =problema Temas: costos/ migración Necesidad de políticas públicas. Falta de una valoración econométrica del aporte de la migración. |
Construcciones semánticas: Contaminación del cuerpo nacional. Representación dominante: enfermedad. Se evaden condiciones generales de salud de la población migrante
(de buena salud en general). |
Posiciones discursivas: rol de “nosotros” nacionalista. |
Conjeturas preanalíticas: Se evaden datos estadísticos. No se explican
gastos. Recursos retóricos: cuantificación. |
Conjeturas preanalíticas: Todos llegan con enfermedades. |
Contexto: Empleo informal 46.7%. Población económicamente activa: 46.5%. Menos del 1% venezolanos con contratación
formal. |
Figura 2. Resumen del análisis discursivo. Elaboración
propia
En el cuadro de resumen del área
de gasto público y bienestar social se pueden observar los diferentes
significados construidos en los discursos gubernamentales con respecto al tema
migratorio venezolano. La audiencia receptora al leer o escuchar por primera
vez los discursos gubernamentales genera una serie de conjeturas preanalíticas.
A partir de ellas se evidencian patrones que enmarcan a la migración como un
tema humanitario y como un riesgo a la seguridad, salud y bienestar de la
nación (Conde Gutiérrez del Álamo, 2010). Este análisis preanalítico se verifica
con la comparación y análisis de datos cualitativos que reflejan los hechos de
la realidad social. En esta triangulación de datos que se conforma con el
análisis de discursos, los documentos y las entrevistas se observan los
instantes en que los enunciados planteados a través de los discursos
gubernamentales son compatibles e incompatibles con el contexto social vigente,
el cual se genera en la interacción entre los enunciados y las prácticas
sociales que construyen la realidad.
Conclusiones
Los discursos analizados permitieron comprender
cómo se formó la representación social de la migración venezolana como peligro
para la nación en el periodo de estudio. Con base en la teoría de la
securitización el proceso migratorio venezolano fue considerado una amenaza
existencial que necesitó de medidas excepcionales para ser controlada. Las
políticas de control migratorio fueron las medidas de seguridad aplicadas para
contener la amenaza percibida desde la visión gubernamental.
Los discursos
securitizadores fortalecieron un imaginario social negativo de las personas
migrantes. La violencia cultural hacia las personas migrantes se mantuvo por
medio del uso de discursos en los que predominó una percepción del proceso
migratorio como una amenaza. Además, se perpetuaron estereotipos de clase
social debido a las condiciones en las que llegaban. Esto derivó en una
aporofobia hacia las personas migrantes por su condición de vulnerabilidad
económica. Es por medio de este tipo de violencia que se justificaron expresiones
de discriminación y rechazo. Durante el periodo de estudio, la falta de
gobernabilidad para atender el proceso migratorio en los puntos de control
fronterizo contribuyó a la securitización del tema migratorio. Asimismo, los
discursos securitizadores y las políticas migratorias restrictivas aplicadas dieron
paso a la violencia estructural, ya que se generaron mayores condiciones de
vulnerabilidad y desigualdad social en la población migrante, al dificultar su
integración social y económica en Ecuador.
A través de los enunciados y la ideología
implementada en el discurso se construyó socialmente la seguridad (Rivera,
2012). Desde los discursos se vincularon hechos de violencia aislados como
causas de la presencia de una nacionalidad en el país, separando el problema de
sus causas estructurales. Desde los
enunciados se definió a la migración como amenaza al bienestar social y los
recursos de la nación, al remarcar los costos que representaba la migración
para el país. Los pronunciamientos de las autoridades señalaron al migrante
desde su condición de llegada, forjando una imagen de una población necesitada
de asistencia. Esto sin exaltar su capacidad de agencia y de generar acciones
positivas en el país de acogida. Al señalar una imagen del migrante en términos
de “llegada” se enmarca a la migración como “una carga para el país (en economía,
servicios sociales, educación, etc.) e incluso como una ‘amenaza’ para el
estado de bienestar” (Van Dijk, 2003, p. 68).
En años posteriores, los gobiernos sucesivos de
Guillermo Lasso y Daniel Noboa en Ecuador implementaron procesos de
regularización más inclusivos, con la finalidad de garantizar el acceso a los
derechos fundamentales de las personas migrantes venezolanas dentro del país.
En 2022, a través del Decreto Ejecutivo No. 436 se estableció un proceso de
regularización extraordinario, por medio de la Visa VIRTE. Este proceso permitió
a las personas migrantes obtener un certificado de permanencia como paso previo
a la regularización definitiva. A diferencia de procesos de
regularización anteriores, esta medida concedió una amnistía que eliminaba las faltas
por permanencia irregular a las personas migrantes venezolanas. De esta forma,
se les brindó la posibilidad de regularizarse sin enfrentar sanciones previas
por estadía irregular. Así, el Gobierno buscó promover la integración legal de
los/as venezolanos/as en la sociedad ecuatoriana[20]. A
pesar de estos esfuerzos entre 2021 y 2023 una gran cantidad de personas
extranjeras, en su mayoría venezolanas, comenzaron a salir de Ecuador debido a
la precarización del empleo y el aumento de la inseguridad[21]. Como
consecuencia, la mayoría de los/as venezolanos/as ha escogido emigrar a países
como Estados Unidos o retornar a Venezuela, reconfigurando los flujos
migratorios en Suramérica.
Desde una perspectiva integral, la gestión del
proceso migratorio venezolano, frente al derecho existente de los países de
ejercer su soberanía, debe ir más allá del control fronterizo y la regularización.
Resulta necesario evitar el uso de discursos securitizadores porque perpetúan
las condiciones de rechazo y diferenciación de las personas migrantes en los
países de acogida. También es necesario incorporar políticas de integración
social que reconozcan el potencial económico e intercultural de los/as
migrantes. Los procesos migratorios son una realidad continua en la región y a nivel
global. Por ello, una gestión migratoria adecuada no solo favorece la
estabilidad de los/as migrantes, sino que también puede generar beneficios significativos
para los países de acogida, como nuevas formas de empleo y emprendimiento digno
para personas migrantes y ciudadanos/as, el desarrollo de bienes y servicios y el
intercambio de habilidades del capital humano. Esto conlleva al respeto
colectivo de las diferencias, a evitar ver al migrante como un “invasor”, sino
como un ser humano con las mismas metas compartidas que poseen los/as
ciudadanos/as del país de acogida: como un ser en búsqueda de una calidad de
vida digna y un futuro de esperanza para ellos y sus familias.
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[1] Identificador
persistente ARK: https://id.caicyt.gov.ar/ark:/s25250841/d9w71q1qb
Fecha
de recepción: 15/10/2024. Fecha de aceptación: 03/03/2025
[2] Magíster en Relaciones Internacionales
con mención en Seguridad y Derechos Humanos por la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO Ecuador). Investigadora independiente
Quito, Ecuador
https://orcid.org/0009-0003-4726-3182
danielachangoc92@gmail.com
[3] Organización Internacional para las Migraciones.
(2024). Situación regional migratoria venezolana. https://respuestavenezolanos.iom.int/es/situacion-regional-migratoria-venezolana
[4] Moreno, L. [@Lenin]. (2019, 20 de enero). ¡Todos somos Diana!
Ecuador es y será un país de paz… [Tweet]. Twitter. https://n9.cl/kgrhk
[5] Moreno, L. (2019, 22 de enero). Presidente Lenín Moreno en el
panel interactivo “Un nuevo día en América Latina” [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=eZHeShpHfsg
[6] Ministerio del Interior. (2019). Datos de personas
aprehendidas/detenidas. https://www.datosabiertos.gob.ec/dataset/personas-detenidas-aprehendidas
[7] Alcaldía de Guayaquil. (2019, 26 de julio). Discurso del
presidente Lenín Moreno - Sesión solemne [Video]. YouTube. https://n9.cl/0w017
[8] El socialismo del siglo XXI fue un movimiento político liderado por
el expresidente venezolano Hugo Chávez Frías, en el cual se originaron
iniciativas de integración suramericana y opiniones políticas polarizadas. El
anterior gobierno de Rafael Correa (2007-2017) siguió las líneas de este
movimiento político.
[9] El Universo. (2019, 10 de octubre). Extranjeros detenidos en
aeropuerto de Quito tenían agenda presidencial, según ministra de Gobierno.
https://n9.cl/7a6jb
[10]
Maduradas. (2019, 9 de octubre). Revelador: vicepresidente de Ecuador afirma
que los venezolanos son los detenidos en las protestas [Video]. https://n9.cl/miek2
[11]
Proyecto político que caracterizó a los gobiernos de izquierda en Suramérica a
inicios del siglo XXI. Fue impulsado principalmente por el expresidente Hugo
Chávez Frías en Venezuela y aplicado en Ecuador por el expresidente Rafael
Correa durante su periodo presidencial (2007-2017).
[12]
Reuters. (2018, 23 de noviembre). Ecuador busca donaciones de unos 550
millones de dólares para atender a venezolanos. El Universo. https://www.eluniverso.com/noticias/2018/11/23/nota/7065348/ecuador-busca-donaciones-550-millones-dolares-atender-venezolanos/
[13]
Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2019). Boletín técnico:
Encuesta nacional de empleo, desempleo y subempleo 2019. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/webinec/EMPLEO/2019/Septiembre/Boletin_tecnico_de_empleo_sep19.pdf
[14]
Agencia EFE. (2019, 16 de julio). Lenín Moreno dice que en Ecuador viven ya
500,000 ciudadanos venezolanos. El Comercio. https://www.elcomercio.com/actualidad/lenin-moreno-ecuador-venezuela-migracion.html
[15]
Agencia EFE. (2019, 16 de julio). El presidente de Ecuador dice que en su
país viven ya 500,000 venezolanos. Yahoo Noticias. https://www.larepublica.ec/blog/2019/07/16/moreno-dice-que-en-su-pais-viven-ya-500-000-venezolanos/
[16] CIDH. (2020, 9 de marzo). Ecuador: DDHH y migrantes en Venezuela
Parte 1 [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=6CIdz0XeaqM&t=1785s
[17] Plataforma R4V. (2021). Información sobre la situación de los
migrantes en Ecuador. https://r4v.info/es/situations/platform/location/7512
[18]
Presidencia de la República del Ecuador. (2018, 25 de septiembre). Intervención
del presidente en el período 73 de sesiones de las Naciones Unidas. https://acortar.link/fuF2J
[19]
Ministerio de Salud Pública. (2018). Ecuador declara alerta preventiva temprana
por sarampión, difteria y fiebre amarilla. https://n9.cl/rnor2
[20]
Cancillería del Ecuador. 2022. “El proceso de regularización de ciudadanos
venezolanos en Ecuador iniciará este 1 de septiembre del 2022”. Disponible en: https://www.cancilleria.gob.ec/2022/08/31/el-proceso-de-regularizacion-de-ciudadanos-venezolanos-en-ecuador-iniciara-este-1-de-septiembre-del-2022
[21]
El Comercio. (2023, 02 de febrero). “Venezolanos dejan Ecuador para ir a EE.UU.
y Chile”. https://www.elcomercio.com/actualidad/ecuador/migrantes-venezolanos-ecuador-retornan-eeuu-chile.html